lunes, 12 de octubre de 2009

MARÍA ZAMBRANO

Marché de vacaciones llevándome un tomito de María Zambrano: "Las palabras del regreso": una selección de los artículos periodísticos que la escritora publicó a la vuelta del exilio (mayormente en el suplemento Culturas del desaparecido "Diario 16"), editados ahora por Mercedes Gómez Blesa en la colección "Letras Hispánicas", de Cátedra.







Y pensaba titular esta entrada "María en Mercedes", porque siempre me gustó mucho el título de un poemario de Félix de Azúa, "Edgar en Stephane" (Lumen, 1971), pero...

... a la vuelta me encontré con el libro de mi querida María Luisa Maillard, "Vida de María Zambrano", publicado por la Asociación Matritense de Mujeres Universitarias, y... se me complica la cosa.
El libro de María Luisa Maillard es una guía elemental e imprescindible para acceder al universo de la Zambrano, pues pertenece a una colección que trata de dar a conocer a aquellas mujeres que forman parte de nuestra memoria múltiple, y en la que algún día deberé entrar en lo que toca a Rosa Chacel.





Este verano leí atentamente "Las palabras del regreso", una buena síntesis del universo zambraniano, pues hay textos que versan sobre sus meditaciones filosóficas -el concepto de "razón mediadora", en la estela orteguiana de la razón vital, claro-, otros que tratan de reminiscencias varias (autobiografía del tiempo de la Guerra Civil, el exilio, la muerte del Caudillo y demás) y otros que versan sobre la obra de escritores "generacionales", maestros (Ortega, Valle-Inclán,Unamuno, Machado) o colegas y amigos (Cernuda, Corpus Barga, Alberti), además de artículos sobre el libro y la escritura.
No me sorprendió mucho nada de esto, la verdad, porque en lo tocante a los perfiles de esas criaturas, considero mucho mejores los textos de Rosa Chacel, quien sí dejó asentado el variado perfil de esos magisterios o de las aportaciones de los colegas. Aun así, es intereante el modo en que la Zambrano explica la deriva última de José Bergamín (girando en la órbita abertzale), el entrañable retrato de César Vallejo y de cómo su España, aparta de mí ese cáliz se editó en la imprenta que había en el Monasterio de Montserrat, durante la Guerra Civil. Y desde luego me encantó este apunte sobre Edith Piaf:

"Si una ciudad no tiene una vibración única, inconfundible, no es propiamente una ciudad de primer orden. Así, sin el escritor, y a veces sin la canción, una ciudad no lo es. Recuerdo que una vez en París, yendo por los bulevares, sobre un montón de zapatos viejos, vi a una mujer majestuosa y desgarrada a un tiempo. Yo no sé bien lo que decía, pero ella era París. Como París era Edith Piaf; que gracias a esa voz quebrada pero contenida, que nunca se desdecía pero que nunca avanzaba hacia lo más hondo, aunque lo parecía, llegó a ser casi el cante jondo de París." (p. 228)

También me gustaron sus líneas sobre la nostalgia como un sentimiento de ausencia y una reflexión sobre el Romanticismo que voy a explotar pronto en mis clases, además de los breves ensayos dedicados a Bécquer y a Rosalía de Castro, o el Temblor.



10 comentarios:

  1. Qué riqueza de reflexiones de la gran Zambrano, esa inteligencia portentosa, esa razón vital (como recoges). La cita sobre París es tan perfecta y tan justa que se convierte en pórtico hacia esa vivísima sensibilidad, en invitación de un mundo intelectual enormemente valioso. Siempre he admirado la integridad de Zambrano. Y la vigencia de su obra. (Y se va haciendo necesario que desde tu blog nos ofrezcas también una aproximación a alguno de los elementos del amplio pensamiento de Chacel que tan bien conoces)

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  2. Tienes razón, Ramón... He vivido tanto el mundo de Rosa Chacel (porque en su día lo sentí próximo y luego, cuando me presenté -a Ella, que no se dejaba cortejar, no lo olvidemos- con unos primeros esbozos que admitió y luego, a partir de ahí, me dejó entrar en él -su mundo- a tumba abierta...
    Siempre sonrío cuando algunos escritores se sorprenden o admiran de mi penetración crítica. Si supiesen el rodaje de mis 22 o 23 años, afrontando la obra de Rosa Chacel, lo que hube de aprender y dilucidar a fin de pergeñar (esta es una palabra muy de ella) algo aceptable que me abriera las puertas de su pequeño apartamento para poder debatir/conversar.
    Tuvo muchos adoradores interesados, eso sí. Y algunos escritores se portaron bien con ella (el trébol poético -como ella llamaba a Gimferrer, Ana María Moix y Carnero-, Carlos Barral, Gabriel Ferrarter... Aquí en BCN, bien; en Madrid, otro cantar, je crois.
    Sucede que... tras la etapa dedicada a hablar de Rosa Chacel y su obra... (sin que pasase nada), con Rosa ya entré en una dimensión estrictamente personal. Hablábamos de literatura (no sólo de la de ella; recuerdo estupefacta el brillante diagnóstico que me hizo de la lectura -se la hacía yo- de "Mañana en la batalla piensa en mí, de su querido "niño" Marías, es decir, Javier Marías, ya ella casi moribunda, en la UCI....
    Y bueno... podría urdir relatos...
    A fin de cuentas, el hijo de Rosa, Carlos, me regaló la sortija que Rosa llevó hasta su muerte -una bellísima sortija repleta de pequeños diamantes que yo desde luego no he pulido porque ella no se la sacaba nunca, de modo que conserva su último tacto. ¡Y yo vi tantas veces a Rosa girando esa sortija que... le había regalado Mariquiña (la hija de Valle-Inclán), vecinos todos en la madrileña calle Viriato, en los treinta
    Carlos me regalaba las dos sortijas que ella usaba, pero me pareció excesivo.
    Acepté, sí, una bellíisma figura modernista, una sirenapequeña que Rosa usaba de pisapapeles...
    Y sí, podría contar todas estas historias, pero siento que ya sólo tienen sentido para una cierta generación de alumnos. Porque si me llegan sin saber nada de Baroja, Azorín, Unamuno y demás... la ley biológica fundamntal aconseja... quedarse en los padres. No obstante, este año les he puesto de trabajo algo sobre "Barrio de Maravillas", que tan lúcidamente recoge aquel batiburrillo de nuestro fin de siglo.

    Ramón querido....
    Mis hijos adoran a Rosa Chacel, y no la olvidan.
    Les hacía unos regalos orgiásticos (hoy, veinte años después, pues no tanto, pero entonces nosotros... Simplemente ella sabía elegir. A Adrián, de recién nacido, le mandó una madre osa peluche con su baby que... la madre osa abrazaba a Adrián (puro juguete en sus brazos) y el otro al crío, casi un hermano. Tengo fotos, y algún día perfeccionaré estas entradas íntimas con las imágenes debidas.
    Y te sorprenderías de que Nico, que ya no guarda una memoria tan nítida de Rosa, pero que sabe que cuando él nació le regaló algo (quizás no tan impactante como la osa peluche y demás, pero que iba acompaañado de, se ha apropiado de la osa y no hay modo de retirarla. Lo que sí Nico recuerda son estos versos, escritos en 19992, cuando ella vino aquí a recibir el Premio Ciudad de Barcelona por su obra poética y.. la fuimos a ver a su hotel, claro
    Luego, poco antes de que Rosa Chacel muriera (no voy a ser cursi y decir "nos abandonara")
    recibimos otro regalo con este qleluya:

    Cumple Nico años chico
    que sea rico ciento y pico


    Son sólo unos gadgets (que dirían). Viajé con Rosa, aprendí tanto de ella,la amé porque me enseñó a mirar en el presente (aparte de todo lo que sus miles de páginas me ilumiraron sobre... los unos y los otros,la literatura, el pensamiento, España

    Y sí, habré de seuir cumpliendo con ella.
    Podría hacer un libro, no creas.
    Kisses!

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  3. Se pone la piel de gallina al imaginar, al visualizar la escena de ti, Ana, leyéndole una novela de Marías a Rosa Chacel en la UCI. Tremenda imagen, e imagino que para ti inolvidables y tristes momentos.

    Emotivo post dentro del post. Gracias por desvelar toda esa relación que respira amor por la literatura y por las personas.

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  4. Bueno, en realidad ya había salido de la UCI, afortunadamete, aunque por poco tiempo. La novela que yo le leía era "Mañana en la batalla piensa en mí". Corría la primavera de 1994 (Rosa murió en julio de aquel año). Y nada más empezar a leer, dijo: "Este chico está haciendo hiperrealismo".
    Me enseñó muchas cosas, Rosa. Recuerdo que cuando debatíamos en casa el nombre de nuestro segundo hijo (que no bailase mucho del catalán al castellano y al alemán), ella aplaudió mi rusofilia (Nicolás, Nico: aquí sí se imponía el diminutivo para evitar el Nicolau)aunque Rosa lo llevó al terreno de un cristianismo tolstoiano: "Es el patrón de la generosidad", dijo. Tengo fotos de aquella escapada con Rosa a Sepúlveda, en febrero, cuando la pausa intertrimestral de entonces.
    (Y sí, Nico me ayuda mucho en las ilustraciones de este Blog, la verdad).
    Y jamás olvidaré otro momento crucial. Había nacido Adrián, en noviembre de 1987; en febrero de 1988 yo tenía mis oposiciones en la Uni, así que tenía que comparecer ante un tribunal. A Adi lo desteté por la vía expeditiva, introduciéndole biberones en su cieta al cabo del mes, porque se los suministraba el padre. Total, que yo estaba cadavérica por entonces. Y hete aquí que al cabo de unos meses (debía de ser en junio, cuando yo siempre acudía a celebrar con Rosa y unos pocos amigos el sumpleaños de ella)me pregunta: "¿Y lo llevas en la mochila?" (empezaban a imponerse esos artilugios). "Pues no, le respondí, me produce demasiada inseguridad, y aparte mi espalda..." No me dejó depeñarme por el discurso plañidero y sentenció: "¡Mejor! Un niño agarrado a su carrito (de espaldas a la madre, aclaremos) es una persona que lee el mundo a solas".
    Recuerdo mucho este comentario porque hoy los cochecitos de los bebés son lo contrario: van de espaldas al mundo y miran a los papis. Está bien la altura, que los protege de los humos y demás (los nuestros iban a ras de tubos de escape), pero...
    Metafísica a deshoras, Hablador!

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  5. Me permitiréis.

    "Llora la muchacha, como lloró Juana camino de la hoguera, como han llorado sin ser oídas las enterradas vidas en sepulcro de piedra o en soledad bajo el tiempo. Y el delirio brota de estas vidas, de estos seres vivientes en la última etapa de su logro, en el último tiempo en que su voz puede ser oída. Y su presencia se hace una, una presencia inviolable; una conciencia intangible, una voz que surge una y otra vez"

    Maria Zambrano, La tumba de Antigona

    Una voz que surge una y otra vez, la de Zambrano, y una presencia inviolable y tan necesaria como es la tuya Ana.

    Pep

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  6. Tengo ese ensayo a mano, Pep. Y en el prólogo escribe MZ: "Resplandece en Antígona uno de los más felices hallazgos de la conciencia religiosa griega: la pasión de la hija". Más adelnate. "La pasión de Antígona se da en la ausencia y en el silencio de los dioses". ¿Recuerdas "Solaya o los circasianos"?

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  7. Cuando leí tu blog sobre María Zambrano, me picó la curiosidad --tu blog siempre es interesante--, y miré más en internet. Encontré mucha información en Wikipedia, no sé si todo lo que dicen es correcto, pero me interesó lo que leí sobre su concepto de razón poética. Supongo que por asociación me vino a la cabeza un verso de Hölderlin: "vive poeticamente el hombre".
    Si Oteiza dijo "hay tanto por hacer" --se refería al arte--, yo casi diría: "hay tanto por leer y descubrir". De momento sigo con Volpi y su "En busca de Klingsor" que me tiene fascinado. En algún otro comentario te contaré una ocurrencia que me vino leyendo esta novela y Rayuela de Cortazar. Por cierto, qué casualidad, leí una entrevista a Eduardo Mendoza que publicó El Cultural ayer, y pone a esta última de fiasco literario, ¡vamos!, que dice que Rayuela y su tono discursivo es una mierda que no va a durar ni cuatro días en el mundo literario. No puedo estar más en contra, Rayuela no sólo es una de mis novelas favoritas, es la novela favorita de mucha gente que conozco. ¿Tu, que conoces a tantos escritores, crees que Mendoza tiene razón sobre las novelas de tono discursivo?
    Bueno, vuelvo a la Zambrano y al "hay tanto por leer". Que me gustan tus reseñas literarias y los fragmentos que he leído de ella me han interesado porque, como dije, me han recordado a Holderlin y también a Heidegger. No sé si voy errado, igual no tienen nada que ver ella con ellos, pero para descubrir eso tendré que leerla.
    Hasta la próxima reseña.

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  8. Vayamos por partes, Anónimo (y gracias por deguirme).
    Sobre la entrevista de Mendoza, no me extraña nada lo que dices. El pasado martes me vi obligada a hacer la reseña (que saldrá en el próximo número de Babelia) de "Tres vidas de santos", y llegué a clase cansada y con todos esos entresijos de por medio, de modo que... Como me tocaba hablar de Torres Villarroel y su "Vida", vinculada a la tradición hagiográfica y a nuestra picaresca... Total, que hice un aprte para hablarles a los pupilos del libro de Mendoza.
    Y sí, es muy bueno lo que su personaje (un recluso que se apunta a un cursillo de análisis y creacaión literaria en la cárcel), le dice a la profa que imparte el cursillo, cundo ésta le va dando libros varios a su alumno aventajado y éste, tras las prevenciones pertinentes (por ejemplo, sobre "El siglo de las luces", de Carpentier, que aél le pareces que "está de puta madre"), cuando le llega el turno a la novela-fetiche de la profesora, "Rayuela", le cide. "Es ingeniosos, pero no me convence". Y cuando ella porfía sobre la genialidad de la novela, él le replica "Es una fanfarronada".
    Yo sólo te puedo decir que... de Cortázar lo que ya menos me interesa es "Rayuela" (salvo por la casilla de Morelli). Y te lo dice quien sufrió el sarampión de las hordas de exiliados argentinos y uruguayos que a principios de los setenta... la Biblia.
    Digamos que fue importante un tiempo, para muchos (en mi edición de "El mercurio", de Guelbenzu, lo rastreo. Pero creo que el Cortázar que queda (ha quedado o quedará) es otro....
    ¿Qué más?
    Wikipedia... A Iria (la novieta de mi hijo pequeño que ha empezado a estudiar Medicina en la UB) le ponen como trabajos introducir nuevas voces bioquímicas en la susodicha... siempre que no estén en inglés, claro. En Wikipedia!

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  9. Ana. ¿Por qué lo que quedará de Cortázar será al margen de Rayuela? ¿Por qué salvas "la casilla de Morelli"? En todo caso, ¿qué crees que quedará para el espacio "clásico" de la obra de Cortázar? y... ¿Por qué?
    Buf!!... perdona, pero me dejas en ascuas: De repente ha sido como cuando te dicen por teléfono que a un ser querido le han ingresado en la UCI.

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  10. Hablador... yo creía que la que examinaba/interrogaba era yo...
    Bromas aparte, voy liadita con las clases. Además, mi biblioteca de Literatura Hispanoamericana está en el Despacho de la Facultad. Mañana pillo algun Cortázar y releo. Gracias!

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