sábado, 6 de noviembre de 2010

OTOÑO EN BERLÍN



Breve escapada, estrictamente personal, ya casi a finales de la estación.
En 2010, que no hacia 1900...
Partí no sin cierto temor.
Demasiado tiempo sin Berlín.





Demasiado tiempo... ¿sin mí o sin mi Berlín?
Alivio al reencontrarme con el viejo (auténtico) tapizado de los vagones de la U6, con el hombrecillo de los semáforos de Berlín Este, con la Fassanen strasse (a qué negarlo), las villas, los patios encendidos, los adoquines y la oscuridad de la noche.
Y aún así el temor
Viajaba sin nada de cuanto antes solía ir conmigo.
Sin el poemario de Jorge Riechmannn, por ejemplo, algunos de cuyos versos rememoraba un melancólico personaje de "Ciudadanos", porque
"ha pasado ya el tiempo de preguntar por qué"
y ahora
"es el momento de mirar derechamente a los ojos, a las larvas que medran en el iris".

Viajaba sin Benjamin, sin Roth, sin Döblin, sin Benn, sin Sebald...
Viajaba con la certeza de que me encontraría con Munch, Dix, Grosz, Menzel, Hausmannn...
Viajaba con un breve libro: Berlín y el barco de ocho velas, de Jesús del Campo (Minúscula).






Fue suficiente pasear con este breve e intenso librito que condensa en un relato escueto y sugerente un rastro de imágenes de la vida invisible, evocando cuentos (relatos) e Historia que resuenan en múltiples voces y, a veces, también en la música y las letras de Lou Reed, ¿por qué no?.
Y en esas páginas leía:

"Berlín es una escultura forjada por la guerra".
Sí, una ciudad "condenada a ser pedagógica", en la que "cada minuto de felicidad contiene una sutil carga de revancha hacia los malos trucos de la hitoria... un silencio colectivo que dice sí, sabemos más que otros sobre el tabú del sufrimiento pero ese es nuestro secreto y no queremos que se nos note".
Y acaso por eso también se leen en sus muros "un letrero que dice wir wollen nicht ein Stück von Küchen, wir wollen die ganze Bäckerei", firmado con la A.
Es decir, no queremos una porción de pastel, queremos la confitería entera.

Fue una acertada elección, el librito de Jesús del Campo, pienso ahora al evocar la lectura, ya de vuelta (¿devuelta?) en Barna.
En una Barcelona que, al pasearla (hace sol, hoy sábado, y vengo de la niebla y de la lluvia, y por eso el deseo de... aparte que Martin me pide paseos y charlas, en un intento vano de reproducir lo no vivido con su hijo, nuestro Nico) encuentro repleta de bandas de jóvenes (chicas de colegios de monjas envueltas en bandares ¡amarillas y blancas!) que gritan desaforadamente ¡Viva el Papa!.
Pero no nos desviemos.
Tenía que ser selectiva, ya que debía llevarle a Nico parte de lo que se dejó aquí.
Entre otras cosas, su magnífica bicicleta (convenientemente envalada)





Grandes resistencias por mi parte. En la vida, tamaño despropósito.
Y sin embargo...
Allí me fui, con complejo de clueca.
Tuve la suerte de vivir el esplendor del otoño en Berlín, en 2010.




Tuve la suerte de vivir ese otoño con Nico, que me empezó a enseñar el Nuevo Berlín.
¡Ojito!
Nada que ver con los manidos reportajes para turistas aficcionados o parvenues.
¡Nein!
Y ya iré hablando de esos movimientos subterráneos, sus larvas.

Marché melancólica. Vuelvo serena.
Regreso con la certeza de...

17 comentarios:

  1. Una entrada realmente deliciosa, recogida por una viajera que hace suya la ciudad visitada, que la incorpora a su alma y a su vida.
    Ayer le leía a una amiga escritora que acababa de regresar de la portuguesa Évora, que siempre retorna a las ciudades que se le metieron en el alma, para encontrar la misma cuando zozobra de nuevo.
    Tus palabras de esta entrada me confirman esa sensación que también he sentido: la de partir bajos de ánimos y la de volver serenos y con las ideas claras.
    Quizás existan ciudades que, por el sólo hecho de caminar por sus calles, nuestra psique se recomponga y se reconcilie con el mundo. Quizás...
    Lo que está claro es que Berlín merece estas palabras tuyas y su otoño tu presencia en ella.
    Besos.

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  2. Gracias, Isabel. Aún he de ir procesando las vivencias. Ya contaré. Un abrazo!

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  3. La felicidad como revancha. Un buen antídoto contra los fantasmas de la historia. Pero allí cauterizaron, los exorcizaron porque se miraron a si mismos (la Historia y el mundo les miró) y se reconocieron en lo que fueron y, después, se juramentaron para no volver a ser, en la memoria agazapada, siempre presente, vacuna colectiva (esperemos).

    Y qué casualidad, (jodida casualidad) casi austeriana, que el azar te traiga de vuelta de Berlín cuando el pastor nazi se pasea por Barcelona. Mejor recordar el bello otoño que muestra la última fotografía de esta entrada. Paradisíaco otoño.

    ¡Salud!

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  4. Sí, es verdad.
    Lo magnífico de Berlín es cómo irrumpe la Naturaleza en la ciudad. Abrazos!

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  5. Me apunto Berlín, como visita pendiente de realizar.
    Y te informo que me he unido al "movimiento bloguero" creando el mío propio, con muchas resonancias a Aldecoa en su título y en su primera entrada. No pretendo con ello nada, ni tampoco sé el tiempo de dedicación que le atorgaré... pero es una manera de manifestar opiniones y mantener diálogo con personas que tengan intereses comunes.

    Por si alguien se interesa, el nombre del blog es http://visperasdelsilencio.blogspot.com

    Un abrazo.

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  6. Título muy de Salinas También, Ramón.
    ¡Enhorabuena!

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  7. Espero que nos cuentes más cosas sobre Berlín, Ana, es una ciudad que me fascina sin haber puesto un pie en sus adoquines. Wim Wenders acrecentó el deseo, pero la actualidad de tus palabras lo potencian.

    Un abrazo

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  8. Sí, sí, poco a poco... Ando escasa de tiempo por las clases y con la mano derecha semiatrofiada. Abrazos!

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  9. Hola Ana Rodríguez

    Vuelve a Berlín siempre que puedas. Si Berlín te ha inspirado una de tus mejores reseñas; vuelve y escribe otra. Tus fans te esperaremos.

    Yo nunca he puesto los pies en Berlín, y a nivel literario español, la verdad, es que hay poco (me apuntaré la de Jesús del Campo). Vila-Matas escribe mucho sobre París, y otros muchos sobre New York, y, que yo sepa, muy pocos sobre Berlín. Y, sin embargo, pese a no haber estado ni haber leído, siento un magnetismo por esa ciudad.

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  10. Ya iré contando, Eduardo.
    Y no dudes en ir cuando puedas (preferentemente eludiendo el verano-verano).
    Hay crónicas o reportajes breves de escritores contemporáneos tan destacados y respetables como Ferrero o Guelbenzu. Históricamente, los textos de Julio Camba son muy buenos.
    Un abrazo!

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  11. Ana otro gran paseo que nos brindas por la encantadora Berlín.
    Yo no la visité en otoño, pero intuyo como tu nos cuentas que debe estar preciosa porque si algo abunda en Berlín son los grandes parques.
    Yo me alojaba en ese Berlín este de grandes edificios, típicos de la arquitectura soviética, y confieso que la vida social y cultural que allí había no tenía nada que ver con el otro Berlín de grandes avenidas y casas señoriales.
    Comprendo y comparto tu entusiamo por Berlín, un ejemplo de gran ciudad y entiendo que llevaras la bicicleta a Nico, al paraíso de los ciclistas urbanos (junto con Amsterdam).
    A la espera de tu próxima crónica, un abrazo.

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  12. Bueno, no era una bicicleta "urbana", que allí se compran de segunda mano por poco dinero. Era "Su" bicicleta, con la que hace 100 kilómetros (en verano, en Asturias, al menos). Ya puestos...
    Un abrazo, Carlos!
    Yo recuerdo mucho el Berlín este de antes.

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  13. una duda Ana, ¿por qué "envalada"?
    un saludo!
    marta

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  14. Por las prisas, Marta. Y la lesión de la mano derecha, que me lleva a evitar clicar la tecka de la "b" con el pulgar, y bla, bla, bla...
    Es Embalada, claro está. Gracias!

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  15. Por favor,sin ánimo de incordiar, podrías contarnos los movimientos subterráneos y sus larvas.Tengo pensado marchar pronto a Berlín y me encantaría saberlo.Muchas gracias Ana por todo.

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  16. Nada inquietante, nada que ver con las noticias amenazadoras (que también a amí, como madre, me perturban).
    Era sólo una expresión, un símil.
    Quería hablar o sugerir otro Berlín, el que se reconstruye por debajo o por encima de...
    Seguiré hablando de esos desplazamientos en cuanto tenga tiempo y pueda volver y sentir.
    Viaja a Berlín y disfruta!

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  17. The signals connect with concentrated nerve locations, which in turn spread the signal to the
    whole abdominal location.

    my web site :: Stockmerlin.Com

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