Ya sabéis que últimamente voy bastante por la Facultad; a pasear y a charlar, o a matar el tiempo, dada mi (actual) circunstancia, y acaso también dada mi reputación de zángana.
Ayer, cuando entré en la Secretaría del Departamento, tres o cuatro amigas conversaban sobre el Tiempo (el metafísico y existencial), en tonos lánguidos (no llegaban a la elegía).
Asentí, confirmando que del tiempo (ahora me refería yo al cronológico) sólo perduraba la gastronomía; o se reconocía por ella (algo así).
Venía de la panadería-pastelería Escrivá (todo un clásico, Escrivá padre y su digno sucesor Christian, vecinos algunos años), de degustar media docena de Bunyols de l'Empordá, y de comprar un par de piezas de "pa de montanya".
¿Que por qué paseo tanto estos días, aparte la Primavera?
La Cuaresma eran los buñuelos y el bacalo de los viernes.
Afortunadamente, tengo a Nico zanganeando por aquí (cinco semanas de vacaciones entre cuatrimestre) y hoy nos ha cocinado uno de sus platos estrella, con el que seduce a sus compañeros berlineses: bacalao al pil-pil.
Mis deseos de que esa mano derecha, y su antebrazo, se recuperen pronto. Cuídate mucho, Ana. Y déjate mimar por los tuyos, como hoy ha hecho tu hijo Nico.
ResponderEliminarBesos.
¡Ana, mejórate!
ResponderEliminarHe pensado en ti esta semana. Te cuento: he ido con mis alumnos de 3º de ESO a Orihuela y alrededores a disfrutar de una beca del MEC sobre Miguel Hernández. En las diferentes conferencias a las que asistimos, hablaron de Maruja Mallo, claro, y recordé tu novela. Te hubiera gustado. Te dejo la dirección de nuestro blog pro si quieres echarle una ojeada ahora que tienes tiempo:
http://aladasalmas.blogspot.com/
un abrazo de una antigua alumna,
Victoria.
Gracias por los buenos deseos, Isabel. Siempre tan atenta (y puntual: no como yo). Besos!
ResponderEliminarVictoria, cuánto me alegro! Y qué raro lo que me cuentas: la relación entre MM y MH fue más tabú aún que la de MM y RA. Claro que me pasaré por esa página alada. Besos!
ResponderEliminarQue pinta tiene ese bacalao, madre.
ResponderEliminarYo también ando fastidiada del derecho, el codo, y te aseguro que no es de empinarlo;).
Es verdad que el tiempo se mide por comidas, por aquí ya me andan reclamando unas torrijas.
Mejórate, un abrazo:
Cristina
Nico se olvidó de poneros la receta. Igual mañana, como Addenda.
ResponderEliminar¡Ay, las torrijas! Yo también las hacía, aunque quedé harta. Pero ahora se han puesto de moda en los restaurantes y lokales chic, en plan delicatessen.
Y a ver ese codillo... digo, codo.
Besos, Cristina!
Hola Ana Rodríguez
ResponderEliminarSí, la comida marca el tiempo, yo recuerdo el verano y las paellas, el invierno y las naranjas... Al final acaba siendo monótono. Me gustaría que fuera distinto, por ejemplo como antes, marcado por los ciclos de la naturaleza. Creo que la literatura romántica muestra como era ese tiempo. En mi opinión tenía más matices, aunque seguro que conocerás a más de un escritor romántico contando lo soberanamente aburrida que es su vida oyendo a las golondrinas a su balcón llamar.
Querido Eduardo: Acabo de leer una novelita de Goncharov, "El mal de ímpetu",a propósito de todo eso. Enseguida hablaré aquí de ella. Abrazos!
ResponderEliminar¡Uy, ese brazo hay que cuidarlo! Y nada mejor que ese plato tan bien servido y unos buñuelitos de postre. El tiempo y la comida, siempre tan relacionados, acaso Gide tuviera tanta razón...
ResponderEliminarBesos!
Vaya brazo que te han dejado Ana. Aunque por ese bacalao merece la pena el sacrificio. A mejorarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, sí, esta vez me han rajado bien. Pero me han dejado los dedos libres (que no deberían). El viernes me quitan los puntos y espero que no haya más sorpresas y todo (mano incluída) se enderezca. Kisses a los dos, Ataúlfa y Carlos!
ResponderEliminar¡Pero, vamos a ver, mujer de dios! ¿Es que no va a poder ausentarse este desvencijado poeta unos días del mundo? ¡Te dejo unos días y mira que brazo te has dejado!Exijo sin demora nombre y apellidos del cupable de esa fechoria. Mis armas ansían entrar en batalla. Y si por razones de misterio o encantamiento no fuera menester hágame el favor de tener cura. Enmiende ese desaguisado de brazo. No pienso ausentarme más.
ResponderEliminarUn abrazo
paco
Ja, ja... El cirujano es excepcional; la torcida mano, la mía. Kisses!
ResponderEliminarMuchísimo ánimo y muchísimos mimos que te lleguen...
ResponderEliminarUna asturiana de adopción que te sigue en silencio (y aprende!)
Un abrazo,
Ya me queda poco, Yur. El viernes me descosen. Después, Asturias..............................
ResponderEliminarPues acabamos nosotros de calzarnos un bacalao regado con sidra que hace que no te tengamos envidia... Abrazos mil.
ResponderEliminarBueno, bueno... ya me resarciré pronto. Besos!
ResponderEliminarDesgraciadamente, todos tus alumnos sabemos que eres una zángana, pero de las buenas...
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