Quiero decir, cerca (relativamente) de mi rincón, con el consiguiente revuelo.
Acaban de rodarse los dos o tres capítulos finales de Doctor Mateo (que no he visto, pese al enclave y al paisanaje) en Grandas de Salime, una localidad del interior por la que tengo especial predilección, con una arquitectura popular muy bien conservada y un afisonomía muy singular.
Y con un Museo Etnográfico más que digno y además, uno de los pioneros.
Un museo que vi crecer (casi literalmente, pues es más de un avisita coincidió que llegaba una furgoneta con.... por ejemplo la consulta de un médico)
Vi crecer ese museo al par que lo hacían mis hijos, disfrutando enormemente.
Según la prensa, el equipo de la película (con Natalia Verbeke) quedó prendado del lugar y de lo bien recibidos que fueron.
Y yo celebro que el Occidente asturiano vaya conociéndose y apreciándose en lo que merece...
P. D. Ma non troppo.
Esos hórreos, más que almacenes para el grano, parecen "Las puertas de Thanhauser" o al entrada custodiada hacia algún extraño mundo de Tolkien
ResponderEliminarJa, ja, ja... Siempre le pones la puntilla...
ResponderEliminarLa verdad es que son hórreos más típicos de Galicia que de Asturias, pero aquí son así... Asunto de.... ya sabes. Abrazos!
Hola Ana Rodríguez
ResponderEliminarDesde una antigua reseña tuya que tengo ganas de visitar Asturias. Sobretodo Taramundi porque me gusta el nombre, suena a cuento de hadas, y por supuesto visitar otros lugares como Gijón y la costa.
Ana, tienes futuro como etnógrafa lírica... Un abrazote más.
ResponderEliminarPues no lo demores más, Eduardo. Taramundi, y todo el concejo de los Oscos, en plan montaña, es una delicia, y hay rutas (fáciles) bellísimas: la del agua, la de los herreros... Y luego tienes la ría y el mar, a pocos kilómetrpos todo ello... Y a nosotros, a partir de julio, en Figueras. Sólo tienes que preguntar por "los alemanes de Barcelona" (así) o por la vieja casa de Pilarín, La Sienra. ¡Te esperamos!
ResponderEliminarY tú una visita pendiente, Luis. Abrazos!
ResponderEliminarUn paseo encantador, querida Ana. Me has abierto las ganas de regresar a Asturias, una tierra que me gusta a rabiar y de la que no nos cansamos mi marido y yo.
ResponderEliminarHaces bien en hablar de la parte occidental, quizá menos conocida, pero bellísima. Los Oscos es un concejo lleno de magia. Aún recuerdo con mucho agrado un museo del agua que visitamos, también La Rectoral de Taramundi y tantos otros sitios hermosos. En realidad, en Asturias nada tiene desperdicio. Me gusta de norte a sur y de este a oeste.
Ánimo con tu regreso a la ciudad tras el disfrute de tanto verdor. Al menos, estamos vivos, en la calle, que ya era hora de mostrar tanto descontento. Y veremos qué ocurre. Los del PP no pueden volver la cabeza e ignorar a un pueblo alzado. Ni los del PSOE, claro.
Esperemos que se articule un movimiento decente, con fuerza para acabar con tanto despropósito.
Un beso.
A ver a ver, Isabel...
ResponderEliminarDe momento, el asfalto (la Pza. Cataluña) es acogedor.
Un beso!