Acaso por... ¿por qué, por qué, por qué?
(¡Ya vuelve, preparémonos!)
El caso (¿o hablaba del caos?) es que siempre me quedan aquí, en Asturias, lecturas pendientes. Porque todos empezamos el verano con muy buenos propósitos.
Tengo al alcance cierta variedad...
Pero también tengo al alcance Portugal.
Y el propósito repetido de... acercarme.
En el ínterim (que es un modo de paliar la frustración de los viajes incumplidos), leo.
Esta narración (muy próxima al libro de viajes, aunque desbordando el marco habitual del género, para sumar reminiscencias y vivencias que se sobreponen al periplo físico) ha sido un verdadero descubrimiento. Me aguardaba en Asturias, donde había quedado a la espera (suelo ser muy optimista en mis previsiones de lectura, pero el tiempo sigue siendo escaso).
No había leído nada de Raúl Brandao (1867-1930), pero me entusiamó esta crónica de 1920 en torno a la vida y la muerte de los pescadores lusos, desde Foz do Douro hasta el Algarve. No hay tipismo, ¡ojo! Sí hay una espléndida observación de todo (paisaje, gentes, oficios) y una temprana denuncia de la sobre explotación del mar, especialmente de la sardina, cuya pesca califica de matanza enorme e incesante:
"¿Cómo viven estos hombres? Se agrupan en el extremo sur del pueblo. Ropas secando, interiores que son pocilgas, casuchas con una puerta y una ventana y un postigo abierto en la puerta. Trapos, viejas redes, rayas escaladas al sol en un palo. Al lado se pudren los barcos y se extiende el sargazo. Las mujeres escurren salmuera y por todas partes hay restos de sardina y de chiquillada. La vida pulula, la vida pródiga e incesante. [---] La cocina da miedo, con la cazuela de cocer la cáscara, el horno y los potes de hierro. De noche todo esto se alumbra con la luz de sebo de pez, que impregna las paredes y huele que apesta.
Así viven estos hombres. Cómo mueren lo decía, mucho mejor que yo, el viejo cementerio de Póvoa, que ya no existe. Se iba de tumba en tumba y se leía siempre... muerto en el mar".
(R. Brandao: Los pescadores. Traducción de M. T. Portela Carreiro. A Coruña, Ediciones del Viento, 2009, pág. 54).
La referencia pretende ser sólo un rudimentario anzuelo que...
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El viaje es otra forma de conocimiento.
ResponderEliminarUn beso, Ana.
Hola Ana Rodríguez
ResponderEliminarEsa foto de tu biblioteca me hace pensar que así de apretujados acabarán mis libros en la mía si sigo comprando. De momento me he propuesto no adquirir más, aunque el último leído, Nietzsche Biografía de su Pensamiento de Rüdiger Safranski, me ha afilado los colmillos y ahora tengo ganas de empezar a leer al bigotudo.
Por tanto ahora estoy de sequía compradora, que no lectora. De todas formas tengo libros por leer para meses. Ahorraré, que está de moda. ¡Pero si yo odio el dinero!
que pasión por Anagrama
ResponderEliminarUna aclaración previa: la foto no es de mi biblioteca. Esta entrada la ilustró Nico, de modo que... ni pasión por Anagrama ni desbordamiento de ningun tipo (aunque sí es cierto que llevo unos cinco años aligerando basrtante las baldas...
ResponderEliminarSobre Nietzsche, Eduardo... el ensayo de Safransky es adictivo (también el que versa sobre el Romanticismo alemán). Hace unas semanas leí algo se Muñoz Molina sobre una relectura de "El viajero y su sombra" y también pensé que ´debería volver a meterme en Nietzscje con la pasión (ésta sí) y la intensidad con que lo leía de jovencita.
Eduardo, vigila que las traducciones sean de Sánchez Pascual. Y empieza por los aforismos.
Abrazos! Y disculpa el retraso. estoy vaga vaga este año, y vengo de una escapada a Gijón, con "la luz de Jovellanos".
Querida Ana: muchas gracias por tu reseña. Nosostros nos topamos con Brandao hace unos años y nos quedamos deslumbrados. Es uno de los autores portugueses más importantes del siglo XX (de la primera mitad), y su "Las Islas Desconocidas" hizo que los portugueses descubrieran su archipiélago de las Azores. Es otra maravilla, igual qu estos pescadores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eduardo Riestra
Editor de Ediciones del Viento
Tenía pendiente esa lectura, eduardo. Y la disfruté a base de bien. Gracias a vosotros. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarHola Ana Rodríguez
ResponderEliminarHoy empecé a leer El nacimiento de la Tragedia, traducido por Sánchez Pascual.
Si te soy sincero, antes de ayer comencé La Genealogía de la Moral y en el prólogo Nietzsche advertía al lector que era imposible comprender este libro sin antes leer El nacimiento... y Humano, demasiado humano. Así que ahora, por recomendación del propio autor, estoy metido en la tragedia griega y en la teoría de la existencia de dos mundos, uno dionisíaco y otro opuesto apolíneo.
Del libro de aforismo que me recomendaste,supongo que te refieres a Humano, demasiado humano. No está traducido por Sánchez Pascual, sino por Dolores del Castrillo Mirat y es de ediciones Edaf. Alianza, de momento, no ha editado ese título.
El nacimiento de la tragedia... fue la tesis doctoral de Nietzsche, creo recordar. A mí me deslumbró su ensayo sobre esos dos tipos de artistas o modos de crear: lo apolíneo y lo dionisíaco. Lo he aplicado mucho en distintos estadios o fases de la historia de la cultura. Años más tarde, ya casi al borde de la locura, Nietzsche se identificaba más con Dionisos, y así firmaba sus cartas de amor a Cosima Wagner (a quien llamaba Ariadna, y a la que le dedicó el bellísimo poema "El Lamento (Klage) de Ariadna".
ResponderEliminarSí, era "Humano, demasiado humano", pero creo que también "Ecce Homo".
Sigo en Asturias, así que hablo desde una memoria lejana (y un tanto anémica).
Justo he estado leyendo a Thomas Mann y en algunos de sus relatos hay guiños nietzscheanos; y ese conflicto entre la dualidad de los impulsos artísticos.
Abrazos!
besos y feliz retorno.
ResponderEliminarPaco