No es la primera vez
que hablo aquí de Gustavo Martín Garzo, y ahora quiero referirme a la lectura
de su última novela, Donde no estás,
bastante relacionada con su reciente entrega La puerta de los pájaros (2014).
Volvemos a tener aquí
representado el peculiar mundo interior de un adolescente, Ana, que en los años
60, a la muerte de su madre, regresa a la casa familiar -situada en Villalba,
un pueblo vallisoletano-, dominada por la portentosa figura de su abuela, que
vadeó sin titubeos por nuestra turbulenta historia... la de la guerra civil y
sus prolegómenos y largo epílogo.
Posiblemente el encanto
de la historia radica en el punto de vista desde el que se cuenta, el de esa
joven que creció alejada de ese mundo, que sin embargo moduló su destino. Y
dijo mirada en un sentido muy amplio, ya que se trata de algo más que de un
punto de vista, porque es un dibujo mental el que va perfilándose, un cúmulo de
percepciones y sensaciones y sentimientos y reacciones ante una realidad tan
extraña como perturbadora.
La casa es todo un
laberinto de secretos e historias contadas a medias, entretejidas por el
recuerdo y las memorias de personajes tan dispares como Fernanda, la sirvienta,
o la tía Joaquina, además de las evocaciones involuntarias de la abuela, las
notas de la madre dejadas en un cuaderno, el testimonio de una vieja maestra o
algunas fotografías del álbum familiar.
Hay un personaje (del
que no voy a hablar para velar su misterio) que planea sobre todo ese mundo,
otorgando el sentido último a tantos silencios y temores, o a las fantasías con
que se intentan conjurarlos.
He
vuelto a ver a la Señora. estaba al pie de la cama y la vi con la misma
claridad que otras veces, ya que su cuerpo desprende luz. Recuerda la luz que
se refleja en las aguas negras, la luz que hay en los pozos cuando tus ojos se
acostumbran a la oscuridad. Una luz que nace de dentro, de lo más hondo, que
tiembla y te obliga a mirarla.
Así arranca esta
bellísima y honda novela.
Conocí a Martín Garzo en tu blog con La Puerta de los Pájaros, sublime historia onírica de fantasía. No me perderé Donde no estás.
ResponderEliminarAna, gracias.
Un fuerte abrazo, Ester
Gracias a ti, Ester. Y celebro que hayas descubierto a un gran autor. Tiene otros títulos imborrables como "El lenguaje de las fuentes". Abrazos!
ResponderEliminarNo he leído nada de este autor.Siempre hablas muy bien de su obra. Tendré que probar
ResponderEliminarSobre el libro que comentas, pensaba que resulta mágico cómo tres de las palabras más puramente instrumentales que existen en nuestra lengua, unidas con el fin de construi un título pueden resultar tan sugerentes, bellas y nostálgicas
¡salud!
¡Anímate entonces! Abrazos!
ResponderEliminarObra leída.
ResponderEliminarGarzo es un mago de la narración y un malabarista de frases y de ideas.
Ester