Recientemente hemos presentado la novela ganadora del II Premio Casavella.
En mi opinión es una apuesta arriesgada y valiente, con un trabajo formidable de lenguaje y rastreo cultural .
Y sobre todo, es una novela tremendamente divertida y corrosiva con los mecanismos de marqueting capaces de fabricar un producto y devorarlo y exprimirlo hasta...
Incluyo un par de fragmentos:
En este primero se recogen varias opiniones sobre el personaje.
Este otro fragmento corresponde a otro de los hilos de la novela: las vicisitudes del narrador-biógrafo a quien se le encarga la biografía autorizada de la superstar:
En mi opinión es una apuesta arriesgada y valiente, con un trabajo formidable de lenguaje y rastreo cultural .
Y sobre todo, es una novela tremendamente divertida y corrosiva con los mecanismos de marqueting capaces de fabricar un producto y devorarlo y exprimirlo hasta...
Incluyo un par de fragmentos:
En este primero se recogen varias opiniones sobre el personaje.
Este otro fragmento corresponde a otro de los hilos de la novela: las vicisitudes del narrador-biógrafo a quien se le encarga la biografía autorizada de la superstar:
Texto
Hojeé el otro día la novela en la librería durante unos minutos y leía algunas páginas, hasta que el librero empezó a mirarme mal y, por el planteamiento, me recordó al Juego de Cartas de Max Aub.
ResponderEliminar¡Mucha tenga suerte para Enrique Rubio!
Ah, pues no había pensado en esa analogía... Buena razón para volver a Max Aub. Abrazos!
ResponderEliminarNo sé si este comentario es repetido, porque lo he escrito pero creo que la máquina ha hecho algo raro.
ResponderEliminarLa cosa es que decía que, ¡vaya con el hipérbaton que me ha salido en el anterior! Y que, ahora sí:¡Que tenga mucha suerte Enrique Rubio!
(También decía que el Valdepeñas sin moderación causa estragos agramaticales. Mucho ojo)
ASy, ay, ay! Pues pese al Valdepeñas, no te repites enteramente. Besos1
ResponderEliminarHola Ana Rodríguez
ResponderEliminarPor las hojas mostradas parece una novela divertida y, en cuanto al sarcasmo, coincido con Enrique Rubio: de las modas y marquetings actuales mejor reirse que llorar. Porque es impresionante el mal gusto estético de los tatoos, piercings, esclarificaciones...
Creo que el mal gusto domina este principio de siglo (a ver como acaba), en contraposición con el inicio del s.XX recordado como el de la elegancia. (Ya sabes, aquellas fotos en blanco y negro de ellos vestidos con traje chaqueta y ellas con blusa y falda por debajo de la rodilla).
Por cierto, también se podría escribir una novela sobre el mal gusto de los personajes que encumbra la televisión: Belén Esteban, Mouriño y los que me dejo porque apenas la veo. No le veo el sentido, no entiendo como unos directivos de comunicaciones, supuestamente hombres cultos, dedican minutos y minutos de los carísimos minutos televisivos, a semejantes personajes chulos y vacíos. Después acusan al mal gusto de la juventud, pero si miras lo que predican estos...
Sí, sí...
ResponderEliminarJustamente de eso trata hoy la colaboración de Javier Marías en EPS, sólo que referido a la vejez, que parecía estar ajena a esas invasiones. Es un texto incisivo: si lo escribe un mortal... lo amartillean desde todas las sectas por sus incorrecciones varias. A mí cada vez me cuesta más salir de casa. Creo que tiene que con la invasión del plástico, desde los setenta: Todo se ha abaratado. Y embrutecido. El traabajo antes tenía su parte de artesanía..
¡Uf!
¿Un abrazo!
Como bien has dicho, Tania podría ser equiparable a Belén Esteban. Ambas son unas paletas con carisma, sin ningún tipo de cultura o principio. Desgraciadamente, lo que las asemeja más aún, es que, a pesar de ello, son ídolos de masas, de gente con un nivel de cultura similar.
ResponderEliminarLa novela es un vivo retrato de la sociedad actual, en el que las ideas y los estilos estéticos están a merced del dinero que decide moverlos.