Me fui bien cabreada, tras conocer las ideas de don Mulo pero no tuve tiempo de sacar una entrada (que iba a titular "Emolumentos"), entre otras razones porque tuve que llenar varios aplicativos y jurar sobre la veracidad de los datos bancarios aportados y algunos otros, ya que me han invitado a participar en una supracongreso internacional dedicado a Rosalía de Castro, en Santiago y en abril, y a un curso universitario en Barcelona y en julio, por cuya participación percibiré, respectivamente, 170 y 200 euros brutos.
Ignoraba lo que se estaba desatando en Madrid, así que pasé unos días de descanso entre amigos.
La presentación de El pulso del azar en la librería Rafael Alberti el martes 29 de enero fue un éxito (al decir de los que conocen el escenario), y a mí me gustó disfrutar de la presencia de algunos amigos, entablar coloquio con lectores desconocidos y gozar de un espacio muy singular.
Regresé a Barcelona y atendí a mis obligaciones docentes y ya el sábado, en pleno tsunami sobrecogedor, decidí acudir a la convocatoria sindical. No había estado en la célebre capuchinada del 66 así que no era la nostalgia la que me movía hasta Sarriá. Además, me gustó mucho el cartel.
La asistencia no estuvo mal, aunque faltaba la juventud, que es la más cautiva del actual estado de cosas.
Un catarro me obliga a recluirme y paso horas ante las pantallas. Y lamento que de la cartelera hayan ya retirado la hermosa película "El molino y la cruz", de la que sólo vi alguna secuencia del tráiler, que me habría dulcificado el alma y traído algo de sosiego.
El País de hoy me trae una noticia triste: la desaparición de Agustí Fancelli. Vale la pena recordarlo a través de quienes fueron sus amigos y colegas.
El Pais 03.02.2013 Vidal-Folch Llaurar recte, girar rodó
De todo un poco, pero lo que más me gusta es esa presentación en Madrid. Huelo que te gustó y quedaste satisfecha.
ResponderEliminarCuídate el catarro y cuídate también de los periódicos e informativos de estos días, pues son nefastos para mantener una mediana calma.
Un beso.
Hola Ana Rodríguez
ResponderEliminarFelicidades por el éxito de la presentación en Madrid, y si te confieso una debilidad, siempre me gusta mirar qué libros lee la gente. Digo esto último porque he estado fijándome en los libros que
aparecen al fondo, ya te digo, una debilidad, y creo reconocer uno de Cortázar, algunos, no sé cuales, de la editorial Seix Barral, y no veo ninguno de Anagrama. En fin, una debilidad o manía.
Por cierto, debía de hacer mucho frío en Madrid, pues los dos mirais a la cámara como si el objetivo fuera una estufa.
Hasta otra.
Isabel, suelo ir a Madrid un par de veces al año (ahora menos; está Berlín tirando), y decidí aprovechar la invitación. Acato tus consejos y, ya sabes, lo mejor es marchar (aunque sea espiritualmente). Abrazos!
ResponderEliminarLa foto es de la librería, Eduardo.
ResponderEliminarBuena apreciación. Acabábamos de llegar y aún arrastrábamos el frío de la calle. Un beso!
Veo que al menos las buenas compañías estan cerca. De la situación que estamos viviendo ya poco se puede añadir, eso sí el ingenio y el humor español parecen el único arma (lamentablemente). Yo es que no puedo con esos talantes chulescos de ciertos señoritos. En fin...
ResponderEliminarUn abrazo y a continuar la buena carrera con tu libro.
Lo peor: el chorretón de mierda que ha seguido fluyendo, de riachuelos y cascadas y...
ResponderEliminarGracias, Carlos!
El libro ya correrá solo a partir de ahora o se despeñará. Salvo una próxima escapada a Asturias... rien de rien!