Me ha parecido interesante esta nota que me envía Pepo Paz, editor de Bartleby. Y muy especialmente, el debate que la entrada de su Blog está generando.
http://pepopazsaz.blogspot.com/
http://pepopazsaz.blogspot.com/
Piratas en casa (no sólo en el Índico)
Los que apostamos por una obra literaria, los que ponemos nuestro patrimonio en juego porque creemos en la edición, en la Literatura, en que la lectura de libros es una vía que nos hace crecer y ser mejores, estamos desprotegidos frente a los piratillas. Aunque estos se crean muy graciosos. Abren hoy los diarios con una noticia importante: La Ley de Economía Sostenible permitirá que se corte el acceso a Internet a quienes piratean los contenidos. Es el caso del siguiente blog: Neorrabioso. Como podéis ver, hasta siete obras editadas por Bartleby en los dos-tres últimos años han sido saqueadas y están expuestas al pillaje virtual. Además, como he sido educado y le he pedido, por favor, que retire esos contenidos, le tengo que dar las gracias. Ya veis cómo están las cosas. Encima tenemos suerte de que no le hayan gustado otras tantas. O de que no haya tenido tiempo para teclear los contenidos en su blog.
Pues bien: desde este mismo momento, y amparados por la cobertura jurídica que nos ofrece la Asociación de Editores de Madrid, vamos a levantar acta notarial de todas las violaciones de nuestros derechos en internet y proceder judicialmente contra quienes ejerzan la piratería contra ellos. Por el bien de todos pero, en especial, de los autores que crean y, también, de los traductores que trabajan en la soledad de sus habitaciones intentando sacar los mejor de sí mismos para que los lectores accedan a la obra de esos autores. Si tenemos buenas traducciones es, simplemente, porque trabajamos con buenos traductores. Y el que piratea los contenidos de nuestros libros debe de saber que no nos está haciendo ningún favor: ni a Bartleby como editorial (ya tenemos otros medios para llegar a los lectores), ni a los traductores ni a los autores de la obra original.
Ana, escribo el comentario textual que he dejado en el blog que nos referencias
ResponderEliminarA cualquier lector le viebe bien tener una guía, una muestra de las obras que prevee comprar, cuanto más amplia mejor. Uno puede ir a la fnac, coger el libro que más le guste y zampárselo en una mañanan tranquilamente sentado, aunque después no lo compre. Ese mismo libro lo podrá encontrar en una biblioteca y, con sus propios medios, podrá también fotocopiarlo, o si me apurais, escanearlo y convertirlo en un PDF y enviárselo a su círculo próximo de amigos. Las bibliotecas, segun la regla de tres de la protección de la propiedad intelectual, deberían estar perseguidas o prohibidas: creo que este es un proyecto que la SGAE ya tiene en cartera (es broma)
Es imposible ponerle puertas a la red, por mucha imaginación que le ponga el lesgislador. Si esas leyes se ejecutasen y además el sector editorial las apoyase, será el fin de la industria editorial: los escritores no dan conciertos.
Internet es una oportunidad, y no una amenaza. Es cuestión de ponerle imaginación al negocio, que hasta ahora venía funcionando como en el siglo XIX
El lector compra el libro, si le interesa, siempre, y más el lector de poesía, que es un lector minoritario y aventajado. Lo mismo le pasa al lector de todo tipo de literatura cualquiera que sea el género. Si es de interés, se compra. Creo que lo demás son neuras propiciadas por lo que le está pasando al negocio del cine y de la música. En estos dos negocios, quien le ha puesto imaginación sigue funcionando. Ahora la sartén la tiene por el mango el consumidor y eso es algo que espanta y crea inseguridad y miedo. Cuando se generalice el libro electrónico... entonces ¿Qué va a pasar? ¿ vuelta a la edad media de la literatura? ¿libros y obras sin autores? ¿anónimos por todos lados? ¿autores-editores dueños absolutos de su creación, sin la mediación del agente, de la editorial, de la industria? ¿estaremos en el inicio del fin de la sacrosanat autoría post-romántica?
Interesante, muy interesante
Al hilo de la nota que compartes con nosotros, Ana, una reflexión. La razón está de parte de Pepo Paz, porque las leyes del copyright no permiten la divulgación sin permiso del contenido de la obra... Pero, al margen de esto, yo me planteo varios aspectos que divergen de uno solo.
ResponderEliminarCuando Pepo plantea el dilema en su blog, ¿lo hace como denuncia, o se propone abrir un debate? Lo digo porque, justo cuando la discusión se encauza (siempre, por lo que he ido leyendo) hacia otros derroteros muy interesantes, como el papel de los blogs en la difusión de nuevas obras, la propiedad intelectual, la piratería que también afecta a la literatura, etcétera, Pepo Paz la zanja con las que (siempre a mi juicio) son las peores y más bajas maneras de toda la discusión. Todo el mundo habla desde el respeto, con argumentos... Excepto el editor.
Y entonces me pregunto: ¿por qué se escoge el blog como vía de expresión, qué significa? ¿Porque es una plataforma rápida y barata de publicidad? Porque desde luego no se incita al diálogo, sino todo lo contrario: nada más asomarse, se ataca con dureza.
Otra duda: ¿hasta qué punto no perjudica, en según qué casos (este, por ejemplo), que el responsable de una editorial se exhiba tanto, muestre así sus miserias y su (mal) carácter? Lo digo porque, sin conocer de nada a Pepo Paz y siendo lector de los libros que edita (suelen gustarme las apuestas de Bartleby, más desde luego en poesía extranjera que en castellano), tras seguir el debate y conocer sus malas formas y su peor educación, quizá me plantee si optar por sus libros cuando me tienten más otros. Comprendo su enfado, pero no me ha gustado nada lo que he visto.
ANÖNIMO....
ResponderEliminarConfieso mi esqizofrenia al respecto, pero creo que se debe distinguir. Una cosa es fotocopiar artículos (porque uno no espera que los alumnos hagan el indio y se pongan a hacer fila en las hemerotecas o bibliotecas para consultar, por ejemplo, un artículo de Marichal, Maravall, o quien sea; estoy pensando en mis clases de XVIII, y en donde ya cuesta encontarr una antología de Jovellanos o de Blanco White o de Feijjoo). O fragmentos de obras que no se encuentran disponibles en el mercado (y podría citar docenas de ejemplos, en mi condición de docente). Pero otra muy distinta es (según denuncia el editor de Bartleby) colgar profusamente el contenido de un libro recién editado. Si consideramos que en esta feria, el autor y el editor son los que se llevan la parte más magra...
Respecto a lo que planteas sobre los Blogs... pues a mí misma me hace dudar. Mayormente me plagio a mí misma, pero igual un día de éstos tengo problemas con las publicaciones que en su día...
Respecto a la beligerancia del editor (a quien no conozco; tampoco tengo ningún vínculo con la editorial; colgué ese correo porque me parecía "polémico", entendendiendo la virtud del término tal como lo hacía Feijoo) y a su tono (entre airado y amenazante), de acuerdo.
Por lo demás, no segúí la polémita, pero voya a aprovechar el tiempo muerto de este largo finde...
Gracias por la atención!
MARIANO....
ResponderEliminarEn mi juventud, en la Librería Documenta, tenían un par de silloncitos y claro, que leíamos/ojeábmos el libro antes de decidir cuál nos llevábamos. Recuerdo mi perplejidad ante la primera novelita de Vila-Matas (en Tusquets plateada), lo que la repasé antes de llevármela (éramos pobres -aunque no de espíritu- y había que decidir/elegir).Pero no vas a comparar.
Respecto a las fotocopias, por lo menos está CEDRO, y unas migajitas reparte.
Y en cuanto a lo de las Bibliotecas, pues chico eso es norma en Europa. Otra cosa es que aquí a las Bibliotecas no se las dote económicamente. ¿O será que aquí (¡lo sabrás tú!) la cultura no vale nada? Y creo que algo de eso hay cuando en el lenguaje han calado expresiones tipo "la cultura del pelotazo", "la cultura de la violencia" y demás
Por lo demás, las Universidades están ahogadas (reducción a la mitad del presupuesto para el 2010), las autonomías no les pagan los atrasos (mira lo que pasa en Madrid, que cierran todas las instalaciones en Navidad)y el presupuesto de Investigación y Desarrollo...
El Siglo en Blanco, ¿o no?
A.
A la industria se la acaba el chollo. El autor será dueño y señor de su obra. El lector escogerá por la calidad, por las afinidades, y no por grandes campañas publicitarias. Se acabarán los zafonazos. Y todo gracias a la red. Ya está pasando en la música.
ResponderEliminarLo peor es que las pequeñas editoriales son las que están dando la cara en el debate, mientras Planeta y demás, lo miran des del balcón, a verlas venir, igual que burguesotes en la primera Diada
¡Salud!
¡Ojalá!
ResponderEliminarO ¿Dios te oiga, Mariano!
Porque la verdad es que... como currante de base (autor) una ya se mosquea de... las superestructuras.
Igual que en la Uni!