¡QUÉ BIEN SE VE LA TARDE DESDE EL FÁCIL SOSIEGO DE LOS BANCOS!
Me acordé de este verso de Borges (que procede del poema "La Plaza de San Martín", incluido en Fervor de Buenos Aires (uno de sus primeros poemarios, de 1924 aprox.) uno de estos días, paseando por una ciudad aún demasiado polvorienta.
Y pienso que es un excelente microrrelato (¿avant la lettre?).
Pues sí que funcionaria como un microrrelato lleno de evocaciones, abierto a la imaginación del lector.
ResponderEliminarA veces, los micros y los versos se toca, y es que ambos participan de la economía de palabras y del mismo carácter sugestivo.
Aunque algunos estudiosos sólo consideran microrrelatos a los que narran una historia, por mínima que sea, con su planteamiento, nudo y desenlace.
Un abrazo, Ana.
Ya, pero la intensidad y la capacidad de sugerencia pueden, legítimamente, formar parte de la narración (claro que no al modo "canónico"). Un abrazo!
ResponderEliminarHola Ana Rodríguez
ResponderEliminarYo le diría a Borges que se ve bien el caos de la noche desde esos modernos bancos de diseño.
Sin duda, Eduardo.
ResponderEliminarYo recordé ese verso desde un banco antiguo, de madera, en la Rambla Catalunya... Los de las plazas duras... creo que ni los probé cuando se pusieron de moda. Abrazos!