¡Ay, Marx!
(Aquí, de momento, sólo tengo noticias de esporádicas protestas -muy tibias, apenas balbuceanates- de unos santos varones y esposos entrados en años a los que entrevistaban -también a ellas- hace ya uns tiempecito.)
Sin embargo, sí me sobresalta e intranquiliza la inminente programación televisiva de Master Chef Junior.
Hoy hacían el casting, y pulsaban la opinión de algunos padres que hacían pacientemente cola para que sus vástagos tuvieran una oportunidad. Todos ellos loaban las tempranas inclinaciones y habilidades culinarias de sus criaturas, y le oigo a uno decir:
-Con meses, ya batía huevos.
No pude dormir la siesta, consternada (y seramente preocupada) por nuestros bomberos (o quizá les toque poner remedio a los pediatras) y lo que se les avecina....
Por si no hubiera bastante con las urgencias forestales.
Jajajaja. Mientras apaguen incendios de ese tipo... Peores son los del monte, qué narices.
ResponderEliminarLo de los niños cocineros es para echarse a temblar. Aunque de todo nos tocará ver en esta España que ha reculado tanto. Por menos, en otros sitios califican el asunto como explotación de menores, y tal vez me quedo corta, Antes iba por lo folclórico (Marisol por ejemplo) y ahora por el estómago (pobres criaturas, guisando para todos los suyos desde su más tierna infancia).
Un abrazo, Ana.
Sí, exactamente, Isabel... Meten a los niños en el baile, a sabiendas de que el glamour... dudoso, si alguna vez...
ResponderEliminar¿Ves cómo me enfrento a l apantalla?
Besoso!
Hay gente que, desde luego, debe echarle huevos desde muy pronto; no hay más que ver cómo son de mayores. Ay, Señor.
ResponderEliminarDebe de ser así, sin duda. Abrazos!
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