lunes, 27 de septiembre de 2010

A VUELTAS...

... con Feijoo.
Porque aunque lo releo con asiduidad (y de ello ya quedó testimonio en este Blog), siempre acabo encontrando párrafos muy del momento.
Este fin de semana me sumergí en las Cartas eruditas (ya les dije a los alumnos que el título no me parecía afortunado), y este fragmento de "Ingrata habitación de la corte" (Tomo III, Carta XXV), además del acierto en sus retratos y análisis de ciertos personajillos (los pretendientes: no los amorosos, ¡ojo!), me parece que contiene una reflexión muy válida para la temporadita que se nos avecina a los sufrientes votantes.








Y es que llevaba semanitas (desde el forzado ocio estival) rumiando si hacer o no una entrada sobre el affaire que se está viviendo/presenciando en Madrid a raíz de las primarias.
Y a raíz de ciertas fotos.
Fui aplazándolo en la confianza o esperanza de que Millás nos glose alguna de ellas en su estupenda sección de El País Semanal.
En fin, el caso es que todo eso estaba depositado en la turbiedad de mi inconsciente cuando, héte aquí, que no fue un romántico sino otro moderno del XVIII quien me prestó las palabras:






Contextualizo (sintéticamente) la cita.
Como acostumbra, personalizando su Discurso (y apelando a la experiencia o a la observación directa), Feijoo habla brevemente de su paso por la Corte (Madrid) y de porqué prefiere su retiro en provincias, remozando (léase envenenando, con la crítica) el clásico tópico de "menosprecio de corte y alabanza de aldea", que queda muy lejos de idilios bucólicos. Y en ese realismo o microscopia (verdad, la llamaría él) preserva su palabra.
Cito:

Y nadie podrá negarme que donde concurre una multitud de pretendientes concurre una copiosa turba de hipócritas. ¿Qué es un pretendiente sino un hombre que está pensando siempre en figurarse a los demás hombres distinto de lo que es? ¿Qué es sino un farsante, dispuesto a representar en todo tiempo el personaje que más le convenga? ¿Qué es sino un Proteo que muda de apariencias según le persuaden las oportunidades? ¿Qué es sino un camaleón que alterna los colores como alternan como alternan los aires? ¿Qué es sino un ostentador de virtudes y encubridor de vicios? ¿Qué es sino un hombre que está pensando siempre en engañar a otros hombres? Es verdad que son muchos los que le pagan en la misma moneda; esto es aquellos mismo que busca como arquitectos de su fortuna. Él miente virtudes y a él le mienten favores. Él va a engañar con adulaciones y a él le engañan con esperanzas.
Pero de quienes se hallan al fin más burlados los pretendientes no es de los que mandan, sino de ciertos faranduleros que hay en las cortes, de quienes creen que tieen introducción con los que mandan. Estos son unos vilísimos estafadores, hambrientas arpías, sedientas sanguijuelas que a los pobres incautos que de las provincias acuden allí a sus pretensiones, a poco que se descuiden les chupan hasta la última gota de sangre..

Este parrafito me parece una verdadera joya. Me abstengo de glosarlo por respeto a la inteligencia de los lectores, si bien me permito recomendar la recuperación de ciertos términos (calificativos o sustantivos).

Pero no acaba aquí Feijoo. Sigue:

Mas todo lo dicho no es nada en comparación con lo que pasa entre los mismos pretendientes, sobre el desempeño de desembarazarse los unos de los otros.

Y qué será lo que pasa entre los mismos pretendientes, sobre el desempeño de desembarazarse los unos de los otros. Pues nos lo cuenta a continuación el bendito Padre Feijoo al hablar de "las expresiones fingidas":

Mucho tiempo ha tengo observado que una de las más comunes simplezas de los hombres es tener a los demás por simples.

¡Ah!, mi viejojoven Feijoo.







¡Y mi querida Carmen Martín Gaite, que, editándolo como es debido, nos quitó (a una generación, o más) el miedo a lo gris.
Y sin embargo, sin embargo...
No parece haber edit@r actual decidid@ a rescatar el impagable tomito de Alianza.




16 comentarios:

  1. Siempre es lo mismo, desde el inicio de los tiempos. Nos creemos muy sofisticados, avanzados, en plena estado de madurez sofisticadaposmoderna de la humanidad, con ínfulas relativistas, vanidades éticas y morales, y rascas un poco más allá de medio siglo y resulta que nada ha cambiado. Efectivamente, unos simples sin remedio.
    Lo mejor de todo es que, si paseásemos este texto por los llamados foros de la soberanía nacional, por todo tipo de centros de poder y representación pública, nadie se daría por aludido y todos, sin excepción, lo aplaudirían, e incluso se prestarían para declamarlo.

    ¡Salud!

    (sin la perilla no se parece tanto a Vicent)

    ResponderEliminar
  2. Sorprendentes estos textos tan actuales que nos traes, porque los grandes genios de la prosa siempre son intemporales en sus comentarios. Ya lo decía Calvino, hay que leer los clásicos y tu nos los lees de maravilla.
    Con la "ingeniosa" foto de la Trini me he desparramado por la silla. Por favor. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. "¿Qué es sino un farsante, dispuesto a representar en todo tiempo el personaje que más le convenga?". Esta frase se la podríamos aplicar a unos cuantos políticos y grandes empresarios de este país, aunque, por desgracia, sólo tienes que salir a la calle para verlos; porque los farsantes dan juego en el teatro y las novelas, pero ¡ cómo joden -perdón- en la vida real!

    Un saludo, Ana.

    ( PS: ¡ Qué lástima haberme perdido dos de tus clases por culpa de secretaría y de huelgas varias!)

    ResponderEliminar
  4. Saludos y abrazos, mi querida amiga, aquí sigo, paciente. No se me tragó ningún agujero negro, o eso creo. Sigo leyéndote y disfrutando.
    Mil besos.
    Paco

    ResponderEliminar
  5. Completamente de acuerdo, Carlos. La elección de la foto obedecía al propósito de echarle humor (jocosidad) a asunto tan grave. Gracias!

    ResponderEliminar
  6. Bueno, Rafael... lo dicho. ¡Parece mentira! Que os hafgan perder el tiempo de esa manera con las matrículas. En la Politécnica te han día y hora de matrícula, y el margen de error o desviación es de dos minutos. Doy fe porque matriculé a mi hijo en 1ª, único año en que la matrícula era presencial.
    (No me seas pelotilla!)

    ResponderEliminar
  7. Qué bueno el padre Feijoo, qué actualísimo. Bravo, Ana.
    También podíamos repescar a Quevedo, Don Francisco, que también las ingenia buenas y actuales.
    Con la foto de Trinidad Jiménez, me ha pasado como a Carlos, que me partía de la risa. ¡Lo que hace la gente por destacar!
    Lo he disfrutado. Besos.

    ResponderEliminar
  8. Me alegro, Isabel.
    Anímate pues con Quevedo.
    Un beso!

    ResponderEliminar
  9. Hay un dicho en asturiano : "Si quieres conocer a Pepín day un puestín".
    Cuando yo era estudiante, hace muchos, muchos años como en los cuentos ,escuché una conversación a dos alumnos. ¿dónde será más rentable afiliarse? ¿ a la UCD O al PSOE ?
    Desde entonces, desconfio y quiero no ser pesimista, pero la necia realidad no quiere ayudarme .
    Nunca he leido a Feijoo, no se me había ocurrido, pero a apartir de ahora será una espina de esas que cualquier día me sacaré.Esto es lo bueno que tiene encontrar un blog interesante.

    ResponderEliminar
  10. Jajaja, Ana... Yo en la UPF, que es la que más conozco, tampoco he tenido problemas... Ya veo que la UPC también funciona bien. Habrá que protestar.

    Y ¡no! No soy pelotilla. Era un lamento verdadero ¡leñe! Qué pena que se pierda el lenguaje no verbal por internet y quede de lo que no soy... ( o eso creo!)

    ResponderEliminar
  11. Madelen, muy bueno el dicho que citas. Voy a grabármelo.
    Para leer a Feijoo, intenta hacerlo en una Antología muy bien hecha por Carmen Martín Gaite, en la añorada colección de bolsillo de Alianza Editorial.

    ResponderEliminar
  12. Rafael... era broma, hombre. ¡A estas alturas!
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  13. Querida Ana:

    Tus palabras me han recordado un fragmento del prólogo de Martín Gaite:

    La inercia de los españoles y su adhesión a todo lo establecido y tradicional había llegado a ser algo tan arraigado en el carácter nacional que levantaban valladares contra todo intento de renuevo.

    Y me pregunto qué pesa más hoy en día, si la "adhesión a todo lo establecido y tradicinal", o el "intento de renuevo", no sé si meditados y mesurados.

    Un abrazo,

    Pep

    ResponderEliminar
  14. Pep, si me fío de lo que vi ayer en la manifestación, con su numerosísima presencia de jóvenes (y no sólo los anti-sistema de que hablaron)... podemos dar aliento a la esperanza. Al fin y al cabo, tenemos hijos. Un gran abrazo!

    ResponderEliminar