jueves, 18 de agosto de 2011

MARES

Jamás me incluí entre los detractores del caos.
Acaso por... ¿por qué, por qué, por qué?
(¡Ya vuelve, preparémonos!)

El caso (¿o hablaba del caos?) es que siempre me quedan aquí, en Asturias, lecturas pendientes. Porque todos empezamos el verano con muy buenos propósitos.
Tengo al alcance cierta variedad...





Pero también tengo al alcance Portugal.
Y el propósito repetido de... acercarme.
En el ínterim (que es un modo de paliar la frustración de los viajes incumplidos), leo.





Esta narración (muy próxima al libro de viajes, aunque desbordando el marco habitual del género, para sumar reminiscencias y vivencias que se sobreponen al periplo físico) ha sido un verdadero descubrimiento. Me aguardaba en Asturias, donde había quedado a la espera (suelo ser muy optimista en mis previsiones de lectura, pero el tiempo sigue siendo escaso).
No había leído nada de Raúl Brandao (1867-1930), pero me entusiamó esta crónica de 1920 en torno a la vida y la muerte de los pescadores lusos, desde Foz do Douro hasta el Algarve. No hay tipismo, ¡ojo! Sí hay una espléndida observación de todo (paisaje, gentes, oficios) y una temprana denuncia de la sobre explotación del mar, especialmente de la sardina, cuya pesca califica de matanza enorme e incesante:





"¿Cómo viven estos hombres? Se agrupan en el extremo sur del pueblo. Ropas secando, interiores que son pocilgas, casuchas con una puerta y una ventana y un postigo abierto en la puerta. Trapos, viejas redes, rayas escaladas al sol en un palo. Al lado se pudren los barcos y se extiende el sargazo. Las mujeres escurren salmuera y por todas partes hay restos de sardina y de chiquillada. La vida pulula, la vida pródiga e incesante. [---] La cocina da miedo, con la cazuela de cocer la cáscara, el horno y los potes de hierro. De noche todo esto se alumbra con la luz de sebo de pez, que impregna las paredes y huele que apesta.
Así viven estos hombres. Cómo mueren lo decía, mucho mejor que yo, el viejo cementerio de Póvoa, que ya no existe. Se iba de tumba en tumba y se leía siempre... muerto en el mar".

(R. Brandao: Los pescadores. Traducción de M. T. Portela Carreiro. A Coruña, Ediciones del Viento, 2009, pág. 54).

La referencia pretende ser sólo un rudimentario anzuelo que...
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