sábado, 31 de enero de 2009

ALTA POESÍA

PACO GÓMEZ nació en 1965 en Mataró (Barcelona). Es hijo de padre castellano y madre andaluza. Un día me fijé en sus ojos sorprendentes y en su mirada alerta y en su contagiosa alegría: la de los veinte años. Y no era fácil hacerlo, cuando en las inmensas bancas de las aulas universitarias teníamos 140 o 180 alumnos por clase. Pero entonces una asignatura se impartía a lo largo de un año entero (nueve meses), y había pausas y remansos para hablar en el patio de letras o donde se terciara.
En 1999 publicó Girasoles, poemario con el que obtuvo el Premio Jaén para autores noveles de la Diputación Provincial de Jaén.
A este libro le siguió el Diario de las horas muertas (2002), que obtuvo el Premio Joaquín de Lucas 2001, y fue editado en la colección Melibea, de Talavera de la Reina, 2002. Después, él fue moviéndose discretamente en ciertos círculos, y un día, a sus poemarios inéditos, Paco recibió una extraordinaria respuesta, firmada nada menos que por nuestro gran CLAUDIO RODRÍGUEZ.
El poeta, en carta manuscrita fechada en Madrid, a 19 de junio de 1999, correspondía al joven Paco en estos términos:

Querido amigo:
¡Muy tarde me lo fiais! Pero nunca es tarde si la dicha es buena. En efecto, "Soliloquios" me parece, en primer lugar, un libro muy personal, donde se mezclan la meditación y la realidad, la variedad temática y, sobre todo, la imaginación... Las "Elegías a la muerte" de tu padre son emocionantes, como ver ese atardecer imaginado noche tras noche bajo el embozo maltrecho de la sábana.
Libro denso, que a mí, personalmente, me ha emocionado y sorprendido. Y digo personalmente porque me siento afín, en compañía con tus poemas. Y no te digo nada, aunque sea importante, de la calidad del lenguaje, del estilo. Como te decía al principio, "la dicha es buena" porque me he encontrado con la poesía auténtica.
Sin más. Gracias, Paco. Ten mi abrazo más cordial, mi amistad.
Claudio Rodríguez

Hace unos días, respondiendo a mi petición, Paco Gómez me envió este poema inédito, perteneciente al nuevo poemario que está acabando de pulir.

AMAR

Nos ha despertado la música del frío,
una madrugada detenida en la libertad de las ausencias,
en el otoño de tu habitación a media luna.
Nos ha despertado el latido de los cuerpos
por las acequias que traen la mañana
y renacen de claridad,
como los atardeceres en tus brazos.
Nos ha despertado un andén a la soledad,
la levedad del canto cuando se ama
en un abrazo desnudo hasta de tiempo.

Nos hiere una avalancha de abecedario
que acabará por matarnos.

martes, 27 de enero de 2009

HORROR

Estos días de tormentas y amenaza trágicas, estaba yo medianamente predispuesta a agarrarme a este cordón umbilical que me conecta con el exterior (vosotros), cuando en la pantalla del ordenador apreció un mensaje tan tremebundo y apocalíptico como el paisaje que envolvía mi casa; los palés de uralita destinados a remozar una fachada del edificio de Hacienda depositados en el patio interior habían emprendido un vuelo tan espectacular (pero probable a juzgar por lo que vi con estos ojitos) como el del bendito San Millán en uno de los cuentos de Conde Lucanor, de don Juan Manuel.
En ese paisaje exterior, el ordenador, desobediente, me decía.
"Ejecutando la herramienta de eliminación de softwere malintencionado de Mcrosoft!"
¡Qué temblor!
Bastaba lo natural y sobraba el artificio!

jueves, 22 de enero de 2009

LLUÍS IZQUIERDO: Vanguardia y catarsis

Un par de hechos recientes se confabulan para hilvanar estas líneas que os mando hoy. Por un lado, y a raíz de un acto público que tuvo lugar en la Facultad de Filología de la UB y en el que intervenía quien fue uno de sus profesores más brillantes, el también poeta Lluís Izquierdo, fui recibiendo noticias de antiguos alumnos que celebraban el reencuentro con Luis: con su presencia magistral e impar, y con su palabra. Por otra parte, he observado la relativa frecuencia con que los columnistas y articulistas culturales hacen balance del pasado año o nos hablan de sus lecturas navideñas. Así que decidido hablar de " Expresionismo / Vanguardia / Catarsis o crisi de crecimiento y otros textos", un reciente libro que reúne varios ensayos de Luis, editados por María José Sánchez-Cascado (colega y amiga) en su flamante colección "Observatorio de Vanguardias· (Barcelona, PPU, 2008), que corona su aventurada empresa con un luminoso prólogo.

Nada más abrir las páginas escritas por Luis, empezamos a disfrutar de su verbo y de su inteligencia, que examina la estética lúgubre de los expresionistas, larvada desde el Romanticismo, el malestar de la cultura occidental que ellos señaban en su estado de agonismo permanente, pero que asimismo atiende a posibles vanguardistas en ciernes: el Larra que, desde su terrible hora de España, declaraba en su artículo "Dios nos asista" que "asesinatos por asesinatos, ya que los ha de haber, estoy por los del pueblo" o el no catalogado como tal; Don Ramón del Valle-Inclán: "atemporal, intempestivo e irrepetible". Y desde luego, el profesor Izquierdo rastrea admirablemente la descomposición que desde entonces sobrevino: "Lo difícil ya no es estimulante, como pretendía Lezama Lima, sino asimilación más o menos embobada de lo sorprendente. Para el poder todos somos algo bobos -nadie aguanta leyendo sólo a Joyce o Beckett- y, bajo el signo de un kitsch disimuladamente hegemónico, vamos tirando. Tan contentos. En las catedrales del mar se sumergen centenares de miles, las sombras del viento bombean innúmeros corazones y cualquier pizzería Da Vinci descifra su correspondiente código"

Por favor, aplaudan respetuosos.

No podía faltar en esta estupenda gavilla de textos un nutrido grupo que versa sobre...
...posteridad y premoniciones de Kafka, seis o siete apuntes para hablar -políticamente- del escritor checo, el recorrido por la Praga de su época, las lecturas de "América" y "El proceso", o bien sobre el efecto K. Páginas, todas ellas, que me devuelven a mi juventud, cuando descubrí a Luis Izquierdo en aquella colección de la editorial Dopesa "Conocer a..." y él nos ayudaba allí a descubrir a Kafka (y Félix de Azúa, a Baudelaire; y Giménerz Frontín, el surrealismo, por ejemplo). Y también aquellos, desde la Biblioteca Básica Salvat, nos acompañaba en la lectura de "La metamorfosis". Libros, materialmente hablando, elementales y un pelín cutres (toda la estética de los 70 lo fue, aunque ahora la miremos con nostálgico cariño, por aquello de la edad)

Tampoco podían faltar los ensayos dedicados a los poetas próximos o a los amigos y compañeros del viaje por la vida y la literatura (binomio no tan dicotómico como se nos pretende mostrar): Gabriel Ferrater, Carlos Barral, Juan Marsé...

¡Ah! And last but not least, la portada de " Expresionismo / Vanguardia / Catarsis o crisi de crecimiento y otros textos": "Der Schöpfer" (1934), de Paul Klee (que no os puedo reproducir, así que aceptar este otro).

martes, 20 de enero de 2009

HOMBRES DE HIERRO: DURRUTI

Durante alguna de las últimas mañanas compartidas con Juan Marsé (hace ahora un año aproximadamente, y so pretexto de comentar/acordar los contenidos del libro que preparaba para él, "Ronda Marsé") le pregunté si la famosa frase encerrada en "Si te dicen que caí" y en "Un día volveré", tan mítica e imborrable que retornaba en casi todos los que evocaban el mundo narrativo del escritor barcelonés... ¿Recuerdan?

"Hombres de hierro, forjados en tantas batallas, soñando como niños...": el final de "Si te dicen que caí".

"Hombres de hierro, le oímos decir alguna vez al viejo Suau, forjados en tantas batallas, hoy llorando por los rincones de las tabernas": último párrafo de "Un día volveré".

Le pregunté a Marsé de dónde había sacado eso -lo de "hombres de hierro"-, porque en una febril inmersión en los textos que relataban, evocaban u homenajeaban la muerte de Buenaventura Durruti, creía recordar que había leído lo de "Hombres de hierro", que Marsé aseguraba conocerlo "de oídas", de lo que se decía en el barrio o le oyó contar a su padre.

No le di más vueltas al asunto, pese a quedar pendiente lo de revisar mis caóticos papeles y... aportar datos.
En mí, en tanto que lectora, fue primero el impacto de los "hombres de hierro" leído en las novelas de Marsé. Por eso, cuando reencontré la poderosa expresión en una pluma ajena, le pregunté...

Y sí, entre los múltiples escritos de circunstancias aparecidos a raíz de la muerte de Buenaventura Durruti (tan turbia en su primera hora)destaca el romance que Lucía Sánchez Saornil publicó en la inolvidable revista "Mujeres Libres", poema en el que, tras relatar el suceso y sus repercusiones primeras, también narra o refleja el ambiente que presidía el multitudinario homenaje espontáneo que siguió al féretro por las calles de la ciuda condal.

Y es entonces cuando, en su "Romance de Durruti",Lucía Sánchez Saornil cuenta:

Rostros curtidos del cierzo
quiebran su durez de roca;
como tallos quebradizos
hasta la tierra se doblan
hércules del mismo acero.
¡Hombres de hierro sollozan!


¡Ahí está!
El resto del romance, según petición popular.

lunes, 19 de enero de 2009

EFEMÉRIDES

Acabamos de inaugurar un año que no pinta muy shandy (ya saben: alegre, voluble)y nos sentimos cansados y repentinamente envejecidos ante el persistente goteo de recordatorios que anuncian las varias celebraciones que nos aguardan y a las que habremos de estar atentos o incluso acudir entusiasmados: el bicentenario de Edgar Allan Poe, el setenta aniversario del desastroso final de nuestra última Guerra Civil, o el centenario de la muerte de don Nicolás Salmerón, por poner unos pocos ejemplos curiosos.
Sí, pasa el tiempo y perdemos reflejos u olvidamos lo elemental, aquello que nos nutrió.
Abrimos el correspondiente tomo de María Moliner y leemos que efemérides (ese vocablo sacrosanto y decisivo a la hora de articular nuestro calendario cultural) deriva de efímero, adjetivo que se aplica a lo que dura sólo un día, o bien un sinónimo de "breve, corto, fugaz, fugitivo, pasajero, de muy breve duración".
Y entonces sí sentimos el mordisco del tiempo al recordar un hermoso libro de Enrique Vila-Matas que combatía la monotonía de la realidad actual,"Para acabar con los números redondos", inolvidable libro que en vez de celebrar lo previsible (todo ese via crucis de actos clonados), porque al autor le molestaba el injustificado y absurdo prestigio de los números redondos y no entendía por qué diablos el número 100, por ejemplo, goza de mayor prestigio que el 101 o el 32 o el 53. Y así, en ese breve tomo rinde homenaje al 99 aniversario del nacimiento de Antonin Artaud, al 87 aniversario de Cesare Pavese, a los 101 años de Joseph Rothhh, los 422 de John Donne, los 91 de Gtaham Greene, los 74 de Augusto Monterroso o los 107 de Katherine Mansfield.


"Para acabar con los números redondos" fe publicado por Pre-Textos (editorial que este año también conmemora algo, por cierto) y se terminó de imprimir el día 21 de octubre de 1997.
Hoy celebro el décimoprimer/segundo aniversario de la aparición del tomito de enrique Vila-Matas. Un "detentebala" necesario y oportuno.