lunes, 14 de noviembre de 2011

OLDIES

Debo admitir que la literatura, entre sus múltiples beneficios, además de ayudarme a aprender, me obliga a recordar.
Con las obras de José María Guelbenzu, aprendo lo que no tiene nombre.
Y a la vez recuerdo.




Últimamente ando atabalada con la edición (crítica) de una de sus descollantes novelas: El río de la luna (1981).
Tras leerlo desde cría y haberme currado a fondo la edición de su novela fetiche El mercurio (todo un referente generacional), la parte literaria (quitado el reto de "explicar" lo diseccionado), en general, no me desvela.
Pero en lo que atañe a las referencias musicales... ahí sí que aprendo y recuerdo.
Jamás sospecharía, por ejemplo, que "El humo ciega tus ojos" era mi "Smoke gets in your eyes".
¡Ah, Mis Platters!
Escuchados pertinazmente en California, hacia 1974-75 (allí, el Only you, por aquello de los años y la distancia).






Y luego en el Berlín de los primerísimos ochenta, cuando los punkis (ya muy clásicos en los escenarios subterráneos), a poco que los turistas se dispusiesen a fotografiar sus coloreadas crestas, les arrojaban un "eine mark" tan conminatotio como el disparo de la ¿Nikon?




Aún conservo la vieja cinta de un cassette que lleva en su lomo la etiqueta "Oldies", regalo de un amigo entrañable, Uli, que una vez me dijo I like the way you move.
Pero yo sabía que pensaba en ....




Pues nada, que sigo con la música.
Próxima estación: Los Panchos.





También en El río de la luna, de José María Guelbenzu.
Próximamente!

9 comentarios:

  1. Muy hermoso el recorrido por las músicas compartidas a partir de la evocación de las priemras novelas de José María Guelbenzu. Espléndidas obras a reivindicar.

    Un gran abrazo, Ana.

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  2. Gracias, Manuel. Era por poner ejemplos más imprevisibles que las muy frecuentes referencias al jazz y otros. Abrazos!

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  3. Eso, ¡ay!
    ¡Qué canciones! Cómo me gusta escucharlas.
    Recuerdos, buena literatura, pasado, nostalgia... Una combinación que siempre me gusta.
    Gracias, Ana, por una entrada tan bonita, donde todo es gozo para mí, desde el autor hasta la música.
    Un beso.

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  4. Hola Ana Rodríguez

    Siento que este día de elecciones es bastante aciago porque ya sabemos quien ganará y la que se nos viene encima. Yo ya puse mi pequeño grano de arena, sin muchas esperanzas, para evitar el desastre y voté a un partido que no es PSOE, PP o CIU.

    De todas formas habrá que asumir la realidad, pero, por lo menos, tengo el pequeño consuelo de tu blog y el gran consuelo de la literatura, que, como decía Vila-Matas en este último Babelia, (también leí tu artículo del libro de cuentos de... Neuman), tiene la virtud o defecto de alejarte un poco o mucho de la vida real.

    No sé, todavía, si las novelas de Guelbenzu tendrán esa propiedad de distanciamiento sobre la vida. Sí sé de mi paciencia y constancia incansable por las librerias de segunda mano de Barcelona buscando El Amor Verdadero, a ser posible un libro sin deslomar y barato. Lo que no sé, me quedará la duda es: ¿qué significa "eine mark"?

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  5. Pues "un marco2 (la moneda antigua de Alemania.
    Yo me di un buen trompazo el sábado previo (de ahí mi atraso en el blog, como si la magulladura física preludiase la otra. Si te cuento que fue paseando a/con mi madre en los alrededores del Majestic, porque lloviznaba y estaban montando el aparato de andamios y cableados y... ¡Ay!
    También son recomendables otros títulos de Guelbenzu, que quizás sí encuentras.

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  6. Lo de los punkis y el marco se les quedó enquistado; a finales de los noventa todavía nomadeaban en grupo; ya no tenían crestas y acampaban a la puerta de supermercados y cajeros automáticos. Su grito de guerra era: "Hast'e ma'ne Mark?

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  7. Muy bueno, Javier. Yo ya desde mediados de los ochenta no los frecuenté. Saludos!

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