miércoles, 23 de noviembre de 2011

REFLEXIÓN

Dicen que el mundo cambia a una velocidad de vértigo.
Quizás el mundo material (las máquinas), sí. El animal, incluido el ser humano, poco.
Medito y reflexiono. Y en el silencio sabatino... leo.
A un clásico: Cicerón.






Leo su "Breviario de campaña electoral", un delicioso opúsculo redactado en el 64 a.C., cuando Cicerón competía por el consulado contra otros cinco o seis opoentes. Redactado en forma epistolar (consejos del hermano menor Quinto a Marc Tulio), empieza justificando la necesidad o conveniencia de enviarle estas líneas, dado que "por mucha fuerza que tengan por sí mismas las cualidades naturales del hombre, creo que, en un asunto de tan pocos meses, las apariencias pueden superar incluso esas cualidades.
De modo que se propone -con orden, método y unidad- darle algunas ideas.
Naturalmente, hay aspectos algo extensos para reproducir aquí brevemente (como el referido al séquito que debe acompañar al candidato, una de las perlas del Breviario, de modo que citaré un par de ejemplos. Uno de carácter general:

.... hay tres cosas que conducen a los hombres a mostrar una buena disposición y a dar su apoyo en unas elecciones, a saber, los beneficios, las expectativas y la simpatía sincera, es preciso estudiar atentamente de qué manera puede uno servirse de estos recursos.

Y
ya hacia el final, la conclusión:

Procuar que toda tu campaña se lleve a cabo con un gran séquito, que sea brillante, espléndida, popular, que se caracterice por su grandeza y dignidad, y, si de alguna manera fuera posible, que se levanten contra tus rivales los rumores de crímenes, desenfrenos y sobornos....





CICERÓN: Breviario de campaña electoral. Trad. de A. de Riquer. Barcelona, Acantilado, 2003, pág. 45 y 81.

8 comentarios:

  1. Una perla, sí señora.
    Esos ejemplos de quien dicen mucho es de nosotros, de los electores, más que de los políticos.

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  2. Bien cierto es: la naturaleza animal, incluida la humana, cambia bien poco, y las pasiones, aficiones, odios y rencillas siguen tejiéndose igual hoy que hace miles de años.
    Acudir a los clásicos siempre serena y, sorprendentemente, nos explica el mundo moderno.
    Un beso, Ana.

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  3. Isabel, veo que coincidimos en este retorno a los clásicos, Abrazos!

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  4. Hola Ana Rodríguez

    Hay cosas que no cambian y los votantes siempre picamos en el mismo anzuelo: la simpatía. Yo creo que en estas elecciones la gran mayoría votó a un canditado simpático, porque de contenido ideológico, de proyectos sociales, no hubo nada. PP y CiU no dijeron absolutamente nada, simplemente se dedicaron a cultivar la simpatía, la imagen de somos una gran nación y con eso consiguieron los mejores resultados de su historia. Si Cicerón escribiese ese libro ahora, en España, suprimiría beneficios y expectativas, creo. Así de mal estamos: nadie tiene esperanzas.

    Otra cosa, Acantilado acaba de publicar la obra de Rabelais, Gargantúa y Pantagruel. ¿Conoces el libro? ¿Es tan divertido como dicen?

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  5. Traes un soplo amable, Eduardo. Eres uno de los pocos seres que conozco que admite cierto resquicio aceptable a la hora de votar. Yo hube de hacerlo aquí, si bien lo habría hecho con más aceptación si estuviera en Asturias, por Gaspar Llamazares, aunque admito que Coscubiella fue un acierto (y eso que, por motivos históricos, siempre anduve alejada de los comunarros).
    Sí, no lo dudes: Gargantúa y Pantagruel es desternillante. Una buena lectura para el largo invierno que se avecina. Abrazos!

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  6. Eres una lectora sorprendente, heterodoxa, iluminadora e imprescindible. Un abrazote L.

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  7. Más que el aire necesito leer así, con variaciones muy chocantes que me oxigenen, estimulen, desafíen, desencorsen... Kisses!

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  8. Querida Ana, el vértigo es mirar al pozo insondable de la vanidad del hombre. Un enorme beso y gracias por todo.
    Paco

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