jueves, 29 de mayo de 2014

GUSTAVO MARTÍN GARZO

Las recientes elecciones europeas, con las diversas sacudidas que propinaron los resultados de uno y otro tipo, aquí y allá, quizás explica que en las conversaciones y tertulias y escritos de opinión y análisis reaparezcan las referencias a los valores y a la moral y la ética y demás.
Y me acordé de una reciente lectura que, sin alharacas ni estridencias, nos lleva a reflexionar sobre la condición humana y algunos conceptos y sentimientos que parecen desalojados de nuestras conciencias. El libro lleva un título que es en sí un desafío, Los siete pecados capitales, pues a algunos puede parecerles antiguo y a saber si innecesario. Se equivocarían.
El libro lo firman Gustavo Martín Garzo y su hija Elisa Martín Ortega, y está ilustrado con fotografías de Cristina García Rodero.




Ya en las primeras páginas los autores despejan cualquier posible duda sobre la línea discursiva que van a seguir. A la interrogación ¿Un mundo sin pecados?, y tras marcar distancias con el modo en que históricamente se manejaron los conceptos de pecado y de culpa -como instrumentos de dominación y de poder ejercidos desde la preceptiva religiosa, además de formas de intromisión intolerable y fuentes de gran cantidad de inútiles sufrimientos-, GMG y EMO responden que no es pecador quien transgrede un determinado código sino "quien atenta contra la felicidad de los otros, quien les niega su derecho esencial a vivir, ser respetados, valorados y no utilizados en el propio beneficio", trasladando así el punto de referencia ético al hombre mismo. El propósito de los autores está bien claro: actualizar, llevar a la sociedad y el mundo de hoy e iluminar algunos de los viejos pecados, especialmente aquellos que se creían olvidados o fueron mal entendidos o utilizados en contra de las personas. Y no para desplegar ningún credo ni adoctrinar a nadie sino desde la creencia de que el pecado se opone a la felicidad.
Y lo hacen, además, desde una narración impecable, atenta a enfocar la respuesta o reacción humana (emociones, sentimientos, afectos) así como a ofrecer un contrapunto histórico, a menudo a poyado en lecturas de autores que nos precedieron, desde la Biblia a Elías Canetti o Mary MacCarthy. Sin olvidar la dimensión social.



Fijémonos en los subtítulos de cada entrada:: La pereza (El arte de la vida), La lujuria (La memoria del jardín), La gula (El gran almacén),La ira (El hombre sin rostro), La avaricia (Un mundo sin promesas), La envidia (Los deseos incumplidos) y La soberbia (Historia de la verdad).
Así, al hablar de la ira, por ejemplo, nos dicen que "borra el rostro del otro, lo priva de su humanidad" y de la capacidad de expresarse. ¿Un ejemplo? El burka que se le impone a las mujeres.
Por el contrario, la muy censurada indignación (notemos los comentarios surguidos a raíz del inesperado resultado que obtuvo la formación "Podemos") la entienden Gustavo Martín Garzo y Elisa Martín Ortega como una virtud, una de las más esenciales pues que "se enciende ante la injusticia y el abuso de los débides".
Impagable es la entrada sobre la actual encarnación de la avaricia, que a diferencia de los tipos que la encarnaban en Dickens o Molière, hoy está representada en el selecto Club de Davos: "Seres seguros de sí mismos, poderosos y gastadores", y cuya principal arma es "el encubrimiento de la realidad, la ocultación de lo que hacen y sus auténticas consecuencias, y la propia ceguera en la que necesitan sumirse con los suyos para no caer en la cuenta del alcance de sus actos".
(Ayer martes, ante la reunión de los jefes de Estado o de Gobierno europeos, sólo eso, ceguera.)




Si estimulante fue la lectura de Los siete pecados capitales, gozosa lo ha sido la de otro libro que acaba de regalarnos Gustavo Martín Garzo: La puerta de los pájaros, bellamente ilustrado por Pablo Auladell y editado por otra editorial aguerrida, Impedimenta.
Con los materiales de los cuentos de hadas y de las tradiciones que tan bien conoce el autor, GMG nos cuenta ahora una hermosa fábula que nos traslada a la infancia para devolvernos la magia y la candidez (imprescindible para la esperanza y los sueños) y la alegría de la infancia, como ese cascabel que agita Constanza, un cascabel de un poder extraordinario: "ofrecerle un tiempo del que solo ella era la soberana.

7 comentarios:

  1. Estoy inmersa en el mundo de los cuentos, así que he comprado el libro. Espero disfrutarlo.

    Abrazos

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  2. Celebro tu decisión, y estoy segura de que llevará por caminos mucho más inesperados y sugestivos de los que puedo apuntar en estas líneas. Más abrazos !

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  3. Hola Ana, te sigo siempre en el blog. Soy una antigua almumna tuya, me gustaría hablar contigo para preguntarte un par de cosas y por un par de personas. Además, claro, de interesarme por ti. :)
    Estoy viviendo en Madrid, por eso no paso a verte por la facultad, que sería lo más fácil... ¿Quizá podrías proporcionarme una dirección de correo electrónico?
    Espero no molestarte.
    Un abrazo, Ana, ¡gracias por todo lo que escribes!

    Tulia.

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  4. Tulia... Soy un desastre estos días de saturaciones varias.... PERO justamente mañana viajo a Madrid. El viernes presento un librito sobre Rosa Chacel.
    El lunes a las 19:00 horas estaré en la Biblioteca Trías (antigua Casa de las Fieras del Retiro) hablando de mi reciente novela, El poeta y el pintor.
    El martes, a las 20:00, en el Pabellón de Actividades esdelibros, en una mesa redonda...
    Y si no te viene bien, escríbeme a anarodriguez@ub.edu y desde ese correo te contesto ya con datos personales.
    Abrazos!
    Toco madera para que leas a tiempo mi atrasada respuesta.

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  5. Sí, claro que sí... ¡Genial! Te veo en Madrid. :)

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  6. Ya he leído La puerta de los pájaros: Sencillamente, exquisito.
    Ahora estoy con Una casa de palabras.

    He descubierto a este autor. Me encanta.

    Abrazos, Ester

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  7. ¡UF! Cómo respiro, Ester.
    Porque GMG, a poco que indaques, es autor de gran recorrido y aliento.
    Celebro tu feliz hallazgo.
    Y excusas por la demora en responder (imperativos varios).
    Abrazos!

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