Estos días de tormentas y amenaza trágicas, estaba yo medianamente predispuesta a agarrarme a este cordón umbilical que me conecta con el exterior (vosotros), cuando en la pantalla del ordenador apreció un mensaje tan tremebundo y apocalíptico como el paisaje que envolvía mi casa; los palés de uralita destinados a remozar una fachada del edificio de Hacienda depositados en el patio interior habían emprendido un vuelo tan espectacular (pero probable a juzgar por lo que vi con estos ojitos) como el del bendito San Millán en uno de los cuentos de Conde Lucanor, de don Juan Manuel.
En ese paisaje exterior, el ordenador, desobediente, me decía.
"Ejecutando la herramienta de eliminación de softwere malintencionado de Mcrosoft!"
¡Qué temblor!
Bastaba lo natural y sobraba el artificio!
Al servicio de quien me quiera: Porque sí y porque sé
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*Sábado, 16 de noviembre*VIVIR DEL CUENTO
---¡Siempre estás con eso de que te leerán dentro de cien, doscientos o
quinientos años, Martín, como si e...
Hace 17 horas
Sólo tu puede comparar el huracán de las uralitas con el vuelo de San Millán. Y desde luego, comprendo tu horror frente a esos mensajes del más allá que de pronto nos atacan desde la pantalla del ordenador. Lo mejor, a parte del vuelo de las uralitas (¿cómo las habrán recuperado?), es la adjetivación (software malintencionado). Así asustan más.
ResponderEliminarPues sí, Ramón, así fue de tremebundo. Un paisaje casi sobrenatural el que ofrecían los apacibles patios de manzana del Ensache barcelonés la noche del viernes al sábado pasados, una invasión extraña y hostil, subrayada por las palabras que emitía la máquina.
ResponderEliminarGracias,
A.
Nunca debe uno hacer caso a mensajes apocalípticos, ni que los emita Mr.Gates (a ese menos que a nadie). De todas formas, jamás aceptes, la respuesta siempre NO. Las tecnologías nos convierten en tan conservadores...
ResponderEliminarY sin embargo, joseantonio322, para otros las tecnologías son el to be or not to be de hoy...
ResponderEliminarA,