viernes, 6 de febrero de 2009

HORÓSCOPOS LITERARIOS

En una de esas fiestas alocadas previas o posteriores a las celebraciones navideñas, y con intención catártica, nos juntamos un grupito heteróclito de amigos so pretexto de celebrar varios aniversarios que... Por las fechas, correspondían a los estelares Sagitarios que, allí reunidos, hicieron piña, envalentonados, y cantaron las excelencias de su signo.

Había entre la concurrencia algún tímido acuario y otros signos discretos (libra).
Ninguno de los míos: Virgo. De modo que, sin teloneros que me cubriesen, ni ganas de batallar, nada dije en público sobre tan delicada cuestión. Me limité a sonreir.
En casa, con calma, revisé algunas apuntaciones sueltas sobre el tema.
Tolstoi era Virgo, del 28 de agosto.
Y Julio Cortázar.
Y Javier Marías... que sigue contando.
Ha sido la noticia del hallazgo de numerosos inéditos dejados por el escritor argentino, leída hoy en El País, lo que me hizo recordar la charla astrológica y buscar lo que aquel día no podía contarles y hoy sí: la carta astral que Blaise Cendrars (un clásico contemporáneo de las vanguardias francesas) reproduce en su delicioso libro Trotamundear (Alianza Editorial, 2004, pp. 257-259), tal como figura en el semanario La Bataille (3-IX-1947), firmada por Abel Leiga, y de la que extraigo algunos párrafos.


"Virgo, signo de belleza, que hace a las mujeres singularmente bellas y atrae a menudo a los hombres hacia su persona, ocupa en el Zodíaco el círculo inmenso en el que ruedan nuestros destinos, la sexta Jerarquía que gobierna el trabajo y sus frutos, la cosecha representada por la Espiga, la Gran Obra, en una palabra.
"Este signo, de naturaleza magnética, atractiva y femenina, favorece a las mujeres. Pertenece al elemento Tierra, está representado por una divinidad cuyos atributos, el Sol y la Espiga de trigo, son precisamente los de la resurrección.
[...]
En una época lejana, este signo personificó la Edad de Oro, la del reinado de Saturno, el Tiempo, representado en forma de serpiente que se muerde la cola, como si regresase de donde viene, para mostrar el ciclo perpetuo de la vida.
"El signo de Virgo está representado por un símbolo que tiene aproximadamente la forma de la letra "m", con tres pies, a la que se une la letra "p". Este signo es una alteración de las letras hebraicas Koph y Tau ...]. En la Cábala, Koph representa el espíritu de Júpiter. Corresponde al arcano XIX, el de la Inteligencia planetaria, de la Verdad, de la Luz resplandeciente. [...] En cuanto a la letra Tau , el espíritu planetario del Sol, corresponde al arcano XXII, el del resultado, el éxito, la fortuna mediante el trabajo. [...] Su valor numérico es el 400, número que corresponde a la afirmación de la voluntad.
"Tal es la "Genealogía" de los nativos de Virgo.
"Viniendo de quienes vienen, se comprende que los hombres pertenecientes a ese signo detesten la vulgaridad [...]. Sus trabajos son prácticos, utilitarios, de carácter perfecto. Ahí radica su gran perseverancia intelectual. [...] De pensamiento vivo y activo, aprenden con una facilidad asombrosa. Tienen una fuerza temible sobre los demás, la de la persuasión"

Y ahora vienen las líneas que más me han conmovido y preocupado:

"pero como son sensibles a su vez a las influencias exteriores, debilidad a la que los predispone su naturaleza magnética, siempre serán llevados al mal camino cada vez que pierdan el juicio".

Y otra cosa que me ha encantado de mi retrato astrológico según Abel Leiga es la siguiente afirmación:

"Como asimilan el saber sin esfuerzo, se adptan maravillosamente a las situaciones nuevas. En general, cambian frecuentemente de empleo o bien su oficio, que está bajo la influencia de la "transformación", se renueva contantemente. Éxito brillante en la gestión de un restaurante".

¡Por fin una certeza para alguien cuya "vida se basa en cuatro palabras: Saber, Querer, Osar, Callarse".

Creo que me falta aprender lo último.
Aunque desde que un muy querido amigo próximo a Juan Benet me contó que el brillante escritor (que vivió unos cuantos años en la muy ovetense calle Uría) dijo que los asturianos somos "locos transparentes", no estoy mucho por la labor, la verdad.

6 comentarios:

  1. ¡Qué bien has estado este sábado en el Babelia, Ana!

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  2. Espero mejorar con el tiempo, como los buenos vinos, JPA.

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  3. Hay ocasiones en las que siento que transparente es un epíteto de loco; sin embargo, debe ser esa sorpresiva opacidad que anida enla locura la que la hace tan seductora; no sé muy bien si para quien la vive, o para quien la contempla porque la teme. De una manera u otra brindo por los que todavía son y levanto la voz con alegría ¡Quedan locos!¡Aún quedan locos!

    Paco

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  4. Sí, será el don de la ebriedad que dijo el otro, Paco....

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  5. Hoy, miércoles mercuriano, después de leerte, me he puesto a rememorar algunas características de Virgo, y me he sentido como quien se sienta ante un psicoanalista que sabe a la perfección cómo me comportaría en cada situación... Y he llegado a la conclusión de que lo tenemos todo: la palabra de Cortázar, la inteligencia de Tolstoi y Borges, el sarcasmo de Quevedo, la belleza de Sofía Loren y Salma Hayek, el morbo de Richard Gere, la gracia de Cameron Díaz... ¿Te parece suficiente? Gracias por tu artículo.

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  6. ¡Ay, ay, ay! ¡Ojalá tuviésemos todas esas cosas que mencionas, Noemí! Lo doloroso es que andamos recordándonos, unos a otros, que....
    Ley de vida, seguir!

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