Si vas a O ribeiro vai por Ribadavia
vai por Ribadavia vai por Ventosela
que hai unha mociña que eu quero vela...
O bien:
Al pasar por Ribadavia, por Ribadavia...
nos volvimos a nuestros prados y al mar.
Siempre nos quedó pendiente ese retorno, que acabamos de saldar: cuatro días (tres noches) teniendo como base general un hermoso pazo, “La Casa Grande de Rosende”, donde Páulova (así llamaban de niña a esta madrileña que en su niñez hacía ballet) y su marido Manuel Viéitez (arquitecto huido del asfalto) atienden a sus huéspedes con gran amabilidad y un extraordinario savoir faire. Cada habitación es única, hay varios salones y la lareira original, además de un salocinto de lectura y juegos de mesa. No se escatima el espacio; al contrario: Conservan incluso la capilla "interior". El jardín es amplio y umbrío, y entre otras flores, hay una matas de lavanda... que me hicieron sentir como si estuviera en la prohibitiva Provenza
Desde allí, cada día partíamos en una dirección: un día disfrutamos del románico de la provincia, en especial del cercano monasterio de San Estevo de Ribas do Sil, que guarda una leyenda de esas que harían las delicias de ciertos lectores: un enigmático anillo y los enredos de unos cuantos obispos. Si en mi chabolita astur tuviera a mano los tomitos de Cunqueiro (mayormente en Tusquets) o El desvío a Santiago de Cees Nooteboom (en Siruela), desplegaría para vosotros su erudición, pero…
Otro día hicimos los desfiladeros del Sil y tomamos un catamarán para un largo paseo fluvial, ya por la tarde. Teníamos como compañeros de viaje a un par de matrimonios del vecino O Barco de Valdeorras, de cuyos comentarios tomé puntual cuenta. Pero, o los reproduzco en gallego, o pierden gracia. Y además pienso sacarles rendimiento literario, algún día. Pero aún así... Cuando el desfiladero se estrechaba y estrechaba, les oí decir: "E increíble que vaya o rio así de apretadiño". Más adelante, ante las escarpadas rocas y a la vista de unas colmenas, otro comentó."E quen lles ven aquí a botalles algo as abellas?". "Aquí non é pra xente gorda!" le contestó su amigo. El paseo languidecía y, ante las protestas del marido por la lentitud del catamarán, la mujer le responde. "Ea un tractor tamén le cheva tempo"
Al atardecer, antes de cenar, descansábamos en los porches del pazo, tomando un aperitivo y unas copas de un tinto de la Ribera Sacra elaborado con las célebres uvas de Amalfi, que hasta los césares romanos se hacían transportar a Roma. Habíamos visto brotar los viñedos de las mismas rocas, en bancales con hasta 500 metros de altitud. Habíamos visitado alguna bodega y...Hay que darse prisa y aprovechar, porque estos vinos se están poniendo de moda y van a dispararse los precios. De momento, quien se aloja en “A Casa Grande de Rosende” puede comprarles a los dueños unas cajas de la cosecha que ellos mismos elaboran, a dos euritos la botella. Sí, sí.
Tanto el desayuno como la cena, además de opíparos, son deliciosos, y elaborados con pan, mermeladas, o escabeches preparados artesanal y amorosamente. Aquí no me sorprendieron mucho, porque yo hago y envaso mermeladas, pepinillos en vinagre, habitas y más cosas.
Por lo demás, los precios, comparados con los de Barcelona o Madrid, son de risa.
Qué delicia de viaje y de relato Ana!!. Me apunto lo del vino. El diálogo entre los nativos es una maravilla. ¡Salud!
ResponderEliminarBuscando páginas sobre literatura, me encontré, justamente la primera vez que entro en tu blog, con una referencia no sólo a mi provincia, sino, más sorprendente aún, a mi tío Manolo. Gracias por la mención y por el recuerdo; es curioso lo que una puede encontrarse sin buscarlo.
ResponderEliminarEl resto del blog es estupendo, así que también encontré lo que sí buscaba, y curiosearé a menudo por aquí.
Saúdos.
Estoy pensando que, en cuanto pueda, igual sigo tus pasos...Gracias por los bellos parajes...
ResponderEliminarMariano, el diálogo era jugosísimo,mucho más extenso (afronté el sonrojo de ir apuntando en mi Moleskine) pero no sé escribir gallego... Aquí, en las riberas del Eo, como en todo territorio fronterizo, entró una variante, "a fala", una especie de chapurreo de andar por casa. Los vinos son insuperables.
ResponderEliminar¡PALOMA! Siempre pensé que esto de la red tenía un componente... digamos inquietante. A Manolo le rendí un pequeño homenaje en una novela de adolescencia (el tema), ambientada en el Infanta. A él le gustó. Creo que era una de las pocas que iba a visitarlo en los últimos tiempos. Me dio su manuscrito inédito. ¡Era doloroso verlo allí y que queda la pena de..! ¡Jamás lo olvidaré!
Rosa, si decides acercarte, puedes dar un rodeo y de paso... Es una sugerencia.
Disfruto no solo con los textos tan bonitos sino tambien con los comentarios que hacen mas rico el texto, es una gozada, estas casualidades tan literarias, siempre he pensado que hay gente que tiene vida literaria, tu debes ser una de esas, en cambio yo... Te sigo desde hace tiempo pero me daba un reparo porque me siento muy poquita cosa, pero mis ganas de aprender y mi curiosidad son creo lo mejor que tengo, de todas formas ya es la segunda vez que te escribo, todo es empezar. Me gusta tambien la forma en que de un blog llego a otro, es como un juego fascinante. Gracias
ResponderEliminarEva
Querida Eva: Me alegra de que disfrutes con el Blog, pero no sublimes nada (menos a mí, que durante largos años tuve que someter bastante la literatura a la realidad, con sus exigencias). Sucede que mi vocación-profesión me lleva "estar" en la literatura, que la docencia me ha proporcionado infinitas relaciones con los alumnos y que (last but not least), como asturiana... Juan Benet (que vivió bastante tiempo entre nosotros) decía que los asturianos éramos locos transparaentes... pues soy bastante transparente y hablo de mí, de mi biografía y demás. Luego está la red como imantación extraña. Un beso!
ResponderEliminarA mí con los muertos me pasa una cosa curiosa: desde el momento mismo del entierro, su “mejor” imagen (que normalmente, por el momento, se corresponde a la de mi infancia) se vuelve mucho más nítida y poderosa que la última. Así que, para mí, mi tío Manolo anda por los 40 y, a pesar de la ternura que me producía los últimos años (no llegué a verlo en los momentos más dolorosos), esa imagen me parece como más esencial, más “él”.
ResponderEliminarEstuve ayer en Ribadavia, en una mostra de teatro que es lo más interesante que se puede hacer en esta “provincia perdida” por estas fechas (bueno, quizás en muchas fechas). A veces, la obra es lo de menos, porque el entorno, un auditorio al aire libre en el interior del castillo, tiene mucho encanto, a pesar de las incomodidades de sonido, asiento y temperatura. Los precios os resultarían inconcebibles, y la visita a la villa siempre merece la pena, aunque sólo sea por el vinito de antes y el cafecito en local acogedor de después.
En cuanto al gallego, se escribe como se escucha, evitando las grafías “y” o “j”, así que seguramente sí sepas hacerlo. Yo creo que para los foráneos lo más difícil, y lo más curioso, de nuestra lengua debe ser interpretar “lo que se comunica” por detrás de “lo que se dice”. Tengo la impresión que la distancia entre estos dos aspectos es bastante diferente del castellano, de ahí la fama de ambiguos que arrastramos en el resto de la península.
En fin, todo este rollo es sobre todo para que me des, si no te importa, el título de esa novelita tuya (la de mi tío ya la leí yo también). A mí me gustaría leerla, claro, pero a mi madre las referencias a “su hermano mayor” la emocionan particularmente, y estoy segura de que le encantaría. En Internet sólo encuentro “Pasiones tatuadas”. ¿Será ésta?
Saludos otra vez
Paloma... Me sucede como a tí, sólo que tal vez él tenía alrededor de treinta (incluso algo menos) entre el 70 y el 74. Esa novela (Batir de alas) creo que está agotada. Si tuviera un ejemplar, claro que te lo mandaba. Ten paciencia y a ver si en BCN puedo conseguir algo en alguna librería de lance. Habrás de mandarme una dirección postal, eso sí. Tengo una foto muy bonita de Manolo "disertando". También te la mandaría! Un beso!
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