domingo, 1 de marzo de 2009

VILA-MATAS, AL CINE

Este pasado sábado, en la edición de Cataluña de El País, leí una noticia que, de entrada, me produjo cierta inquietud, sin detenerme a pensar si ésta obedecía a la curiosidad, al temor o,acaso, al título con que nos anunciaban que "El sutil mundo de Vila-Matas llega a la pantalla con El viaje vertical".



Me quedé muy pensativa.

Hoy, al sumar al de ayer otro día sin luz, lento, y de cielos plomizos, para huir del tedio decidí releer algunas páginas de nuestro escritor más shandy. Y me fui a un viaje anterior al de Federico Mayol. Me fui a Veracruz, con Enrique Tenorio y su dietario de los tres tucanes, ¿recuerdan? Es la primera novela de la trilogía que conforman Lejos de Veracruz (1995), Extraña forma de vida (1997) y El viaje vertical (1999).
Es éste un dietario que el desasosiego e insomnio del protagonista y narrador componen, un dietario que éste inicia con el propósito de acabar la novela inconclusa de su hermano mayor, Antonio (titulada El descenso)y que al irse escribiendo se perfila como un libro de soledad: esa que rodea el presente desde el que escribe y desde el que rememora, cuando ya murió la vida y a Enrique Tenorio sólo le quedó la literatura.
Es el punto de llegada de un personaje que, para diferenciarse de sus hermanos mayores (el mencionado Antonio y el pintor Máximo: no será casualidad que EV-M dedique la novela, entre otros, a Michi Panero)elige vivir y lo hace hasta que ya no puede seguir arrastrando el infierno que también viaja y vive con él. Entonces, llegado a un límite, decide dejar "la vida para los que ignoran lo que se juegan en ella" y llevar la vida de un muerto: "Porque no se me escapa que o bien se vive la vida a fondo para ser un Indiana Jones y un paleto, o bien se escribe y se le da un significado a la existencia, pero entonces no puede vivirse. Dicho de otro modo: si estás en la vida eres insignificante; si quieres significar, estás muerto".

Volví a quedarme pensativa porque esta reflexión sobre la fractura o conflicto entre Literatura y Vida me llevó a recordar otras páginas que muestran el descenso a los infiernos del héroe moderno. Y porque este Enrique Tenorio engrosa la nómina de héroes maltrechos, expulsados de la vida.



Me quedé mucho más pensativa.
Declinaba la tarde y había pasado la hora de ir al cine (últimamente voy a las sesiones de las 18:00 horas. Entonces recordé otro de mis libros fetiche del joven irreverente escritor barcelonés: Nunca voy al cine (Laertes, 1982), en cuya cubierta se reproduce el célebre cuadro de Edward Hopper, Nighthawks (1942).



Y recordé la divertida historia que le pasó a Vila-Matas con Justo Navarro (otro excelente escritor del que hablaré en otra ocasión) a cuenta de este libro y de este cuadro), historia que finalmente reveló/contó en las páginas iniciales de "El mal de Montano".

Y recordé también el deleite que me había proporcionado una película reciente, "Revolutionary Road", no sólo por la trama y el conflicto y... sino porque la fotografía y ambientación me devolvían al mundo de Hopper.



Y ahora me siento inquieta, preguntándome si después de que lleven a la gran pantalla el sutil mundo de Vila-Matas...

2 comentarios:

  1. Coincido contigo, básicamente por un problema de guión que es de lo que siempre se ha quejado Marsé, por lo que tengo entendido. Tenemos buenos guionistas en el sentido de chistosos, divertidos, ingeniosos. Pero lo que ya dudo es que nuestros guionistas tengan realmente una concepción cinematográfica total. Ahí el problema. De todas formas El viaje vertical me parece una buena elección, puede dar lugar a una especie de road movie con todas las particularidades que se quieran. Ya veremos de todas formas.

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  2. Creo que hay esperanzas, joseantonio.
    El film se presentará en Mallorca próximammente y es seguro qque en tv3. Si no nos mostramos esccépticos, de entrada, podemos reforzarlo . Vila.Matas está satisfecho del resultado y eso debería ayudarnos a estar alerta y aupur en lo posible esete trabajo artístico

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