La sensatez me ha aconsejado anular una breve escapada a la Costa Brava (Rosas) este finde para rematar (en lo posible) el trabajado que me ha traído en jaque todo el verano, aligerando así el panorama (mental) y despejándolo un poco antes de entrar a lidiar con las clases (no con los alumnos, no), la semana que viene.
Ayer reanudaron la serie de "Cuéntame" y la vi un ratito. Hace tiempo que no la soporto ni la veo ya, y la entrega de ayer me resultó igual de estomagante. También me he desenganchado de "Amar en tiempos revueltos" (la sigue moderamente Javier Marías, así que tengo precedentes ilustres) y a "Vent del Pla" también le he perdido la pista (me gustaban los actores y actrices, sobre todo). Será el tiempo, que lo desgasta todo, y pervierte lo genuino en insoportable ejercicio manierista.
El caso es que rumiaba sobre estas cosas y me preguntaba ¿Qué haré? sin mi dosis de narcótico visual cuando avance el trimestre y el cansancio...
Y también me preguntaba por qué sin embargo...
Y recordé un estupendo ensayo que leí no hace mucho, aunque se publicó en el 2005: Yo ya he estado aquí (Ficciones de la repetición), en Anagrama. Lo firman dos profesores de la Universidad Pompeu Fabra, Jordi Balló y Xavier Pérez.
Es un sugestivo y ágil estudio (riguroso también) sobre la atracción por la serialidad, donde los autores analizan los mecanismos con que se construyen las ficciones de la repetición (en la literatura, el cómic, la TV y el cine; echo en falta, eso sí, las de la radio, fundamental en nuestra postguerra), punteando los precedentes clásicos (tragedia griega o tradición bíblica o ciclo artúrico), pero también se ocupan de la psicología de los lectores-espectadores y sus respuestas o reacciones a los seriales.
(Y aquí me redimen, me devuelven a la condición humana.)
Los tabúes familiares, la crisis de la identidad, el nomadismo aventurero o el ciclo del amor son algunos de los bloques temáticos analizados en seriales tan distintos como las novelas protagonizadas por Sherlock Holmes (y otras del mismo género), los tebeos (de Flash Gordon o del Capitán Trueno),
en las series televisivas o cinematográficas (la Guerra de las Galaxias, Ironside, Los Soprano, Monthy Python (ésta la tiene completa mi hijo Nico),
South Park (la favorita de Adrián), El Padrino...
o ciertas parcelas de la filmografía de Ford, Pasolini y otros... o en películas sueltas.
Es estupendo, por ejemplo, el análisis que hacen de Celebración (1998), la película de Thomas Vinterberg, del Grupo Dogma (que a mí me sigue interesando, aunque le hayan zumbado tanto últimamente a Lars von Triers). Y la explicación de porqué el público que ha visto la escena del brindis y el parlamento del hijo mayor nunca podrá borrarla de la mente.
¡Uy!
Me voy corriendo al cine. A ver Desgracia, porque me ha convencido lo que dice Vicente Molina Foix de la película en el último número de la revista "Letras Libres".
¡Ah!, por cierto... En este mismo número, mi querido Enrique Vila-matas publica un ejemplar artículo sobre la crítica literaria, a propósito del libro que reúne las de Cristopher Domínguez.
Lo dicho: a leer y ver.
'Amar en tiempos revueltos' tuvo su temporada de gloria, para mi gusto, hace un par de años, cuando aparecían personajes de la primera clandestinidad, los primeros perdedores. Creo que esta serie, idea de Benen i Jornet (el de "El Cor de la Ciutat", "Laberint d'hombres", y otros culebrones catalanes), está hacienndo más por la memoria histórica que cien declaraciones rimbombantes más la ley descafeinada que se aprovó hace poco. El público al que va dirigida y que la sigue sin descanso, se identifica por completo y refresca los recuerdos, que transmiten de nuevo a quienes no la ven. Es una buena fórmula: entretenimiento con los ingredientes dramáticos de siempre pero en un marco histórico muy concreto y especial: pedagogía de la memoria.
ResponderEliminarSi tienes el estómago bien pertrechado te recomiendo Antichrist, de Lars Von Trier. No vas a salir indiferente, te lo aseguro. ¡¡Tremenda!!
¡Vaya vaya, Mariarono! Estás al loro.
ResponderEliminarPues sí,fue entonces cuando "Amar en tiempor revueltos" me enganchó. Me parecía una recreación muy correcta del "tiempo de adviento", que diría Juan Marsé. Luego... decayó hacia el tipismo costumbrista. Este verano la soporté en julio (por aquietar a mi madre, mayormente).
Me gusta ver esas cosas porque me devuelven a la realidad real (aunque sea de rebote), dado que en estos largos años de crianza me he movido de Aribau a Aribau que no da para mucho, aunque ya veremos, porque me traigo una investigación sobre una extraña tintorería con una increíble actividad nocturna
En un gran esfuerzo, me subí a los Verdi, a ver Frozen River. Pero si tú me dices que el Anticristo (cuyo título ya de entrada me atrae por las resonancias nietzscheanas), entonces iré.
A.
Gran ensayo, la verdad. El texto me llamó la atención y no me arrepentí. Ya en las épocas de la uni me resultaba interesante ver de que manera cada época engendra no sólo estilos en consonancia, sino también una determinada estética de la repetición a base de temas y motivos. Aunque tampoco es necesario moverse en el terreno de lo macro... pequeñeces, casi tendencias, se repiten a veces casualmente y otras con aviesas intenciones. Recuerdo después del 11-S de qué manera las películas norteamericanas llegaban todas repletas de amenazas, de miedo, de necesidad de defenderse...
ResponderEliminarRespecto a los seriales me encanta esa falta de pudor tuya. Así eres y así te queremos. Yo puedo hablarte de Ventdelpla pero de quien te hablaré maravillas será de LOST. Te la paso si quieres, Ana. Te hará mucho bien este invierno. Puro juego, mera fantasía, pero con ese dominio del oficio que tienen en USA. Quedas enganchado. Y claro, tras preparar algo más o menos sesudo, es como una ducha para la vista.
Biemvenido el ecambio, Ramón. Mayormente porque.. La cosa es si se puede grabar y ver a deshoras (digamos), dado que aquí hemos pasad a ser familia numerosa:
ResponderEliminarLos chicos y las chicas....
¡Maldito Mike Kennedy y su estribillo inolvidable!
Leyendo esta entrada se me van a quitar las manías. Verás, y entre nosotras, soy lectora decente, pero también aficionada a las teleseries. Claro, esto ultimo no lo digo nunca. Esos complejos que tiene una. Llego a casa y me enchufo a... a lo que sea. Luego leo, dignísima, pero ya me he tragado previamente le capítulo pertinente. Ahora al ver que una mujer tan leida como tú, y como los visitantes, que todos sin manias confesais que veis Amar en tiempos revueltos, una se siente menos acomplejados. Ya ves que en tu blog siempre descubro lecturas, fue una sorpresa cuando lo leí con ese titulo de Seriales, que es como lo decía mi madre y como se tendria que seguir diciendo.
ResponderEliminarLeo tu blog por la parte literaria y aunque algunos seriales los conozco y otros no, me gusta que te ocupes de esa forma menor de la ficción: tienes armas para hacerlo y son recientemente motivo para estudios serios. Creo que podría sistematizarse más y escribir alguna cosa más definitiva. Pero claro, una cosa es relajar la mente con un capítulo y otra volverse loco con los mil quinientos episodios que tiene el serial X. De todas formas estaría bien estudiarlo, motivos que se repiten una y otra vez, o la manera tan sabia que tienen de servirte muchas veces la misma sopa (y a veces fría y todo) y de que manera seguimos tragándonosla. Muy interesante aproximación.
ResponderEliminarSonia, vivimos en un país en que si consideras lo que se airea de los comportamientos y conductas de los hombres públicos....
ResponderEliminarMirta, el ensayo que cito es muy interesante, de verdad. A mí me relaja mucho leer ensayo y que otro piense por mí y me lo dé picadito.
Ramón, mis clases de Estétic: "There`s a polen of ideas floating in the air...." ¿Recuerdas?
ResponderEliminarAunque escriba menos, en este blog y en otros que también sigo, no significa que no lea. Escribir es diferente a leer, ¿verdad?, y además no siempre lo leído genera un comentario aunque sí muchas sensaciones o unas ganas determinadas de leer algo que es lo que suele ocurrir al leerte a ti. Es lo mismo que dices de leer ensayo, que relaja porque otro piensa por ti, es justo eso. Relaja porque te reconoces en lo que ha pensado el otro y llegas a conclusiones fácilmente. Es lo mismo con la crítica literaria, y a veces también la cinematográfica, aunque es curioso, no sé el motivo pero me he dado cuenta que coincido raramente con las opiniones de los críticos cinematográficos. Respecto a las series, supongo que viste Los Soprano. Últimamente en el terreno de la ficción televisiva se ha logrado unos grados de calidad que antes quedaban reservados al cine.
ResponderEliminarNaturalmente, JA, aunque siempre agradezco mucho vuestros comentarios (y tú, además de veterano, has sido constante, así que no enmudezcas del todo. No obstante, y ante el aluvión de alumnos que se me han matriculado este curso en las dos asignaturas que inauguré hoy (mañana estreno otra), creo que yo misma voy a escribir menos. ¡Envejezco, ineludiblemente!
ResponderEliminarRespecto a la crítica... siempre es criticable, naturalmente. La que más detesto es la gastronómica (así en general). Y a propos, haré una entrada, máximo cuando hoy los barceloneses nos hemos desayunado con la noticia de que se cierra el hiperlujoso restaurant del Forum, que nos había costado (a los contribuyentes locales, que no al Ayuntamiento), tres kilos de los de ahora (es decir, de euros).
Sobre los Soprano, el análisis de Jordi Balló y Xavier Pérez es muy bueno también. ¡Ah! es un serial que encandiló a Francisco Rico, por cierto. Recuerdo que escribió un buen artículo sobre el tema, por cierto.