domingo, 21 de junio de 2009

MÚSICA

Me entero de que hoy es el día mundial de la Música y decido rendirle homenaje porque poco a poco he venido recuperando el tiempo y el espacio necesarios para escuchar música, que nunca entendí como mera nota ambiental (lo que me trae más de un problema con algunos amigos, cuando me invitan a cenar a su casa y se empeñan en...) ni acompañante de conversaciones, salvo que (de jóvenes) quedásemos explícitamente para escuchar tal o cual álbum.
Yo, por lo general, no me gastaba mucho dnero en discos: vivía de los LPs que me dejaban o regalaban mis hermanos y mis amigos. Cuando por primera vez salí de España (en 1974) compré algunas joyitas (mayormente para sacarme la espina). Una de ellas fue el doble LP "Songs of the Spanish Civil War", con interpretaciones clásicas tipo "Si me quieres escribir", "Los cuatro generales", "El quinto regimiento ", "Viva la Quince Brigada", y demás. Una de ellas interpretada por Pete Seeger.




Es un doble álbum precioso que hivernó en un altillo (con el equipo que lo hacía sonar: un Marantz comprado en Berlín e introducido ilegalmente en España allá por 1982, en la furgoneta de un amigo, para eludir los disparatados aranceles de la aduana) hasta que mi hijo Nico (alentado por su troupe de amigos fanáticos de... "lo antiguo": la colección de vinilos de los padres, igual que nosotros nos pirrábamos por las enaguas de la abuela o los abanicos) lo trajo a primer plano.

Por razones que no vienen a cuento, en los últimos meses a menudo me acompañaron canciones como "Lied der Internationalen Brigaden" (con letra de Erich Weinert y música de Espinosa/Palacio), "Hans Beimler" (letra de Ernst Busch y música de Friedrich Silcher (1789-1860), "Die Thäelmann Kolonne" (letra de Karl Ernst y música de Peter Daniel), "La canción del Frente Unido" (letra de BERTOLD BRECHT y música de Hans Eisler), "Jarama Valley"...

En fin, podría seguir. Pero, contra lo que sostiene David Lodge en su "The Art of Fiction" (hay traducción en Península), o aquí somos muy tontos o no les sabemos sacar el debido partido o rendimiento literario a "las listas", en tanto que recurso narrativo, según propone el novelista inglés (creo recordar que algo dije al respecto en el prólogo a "Ronda Marsé). Total, que últimamente cuando vuelvo a tener tiempo para escuchar música suelo acudir al apartado correspondiente en el ordenador de Nico. Uno de esos apartados se titula GUERRA CIVIL, en el cual, junto a los temas clásicos ya mencionados, encontré esta estremecedora pieza (creo que muy poco conocida, según mis informantes-consultores).







"Si la bala me da" ("Wenn das Eisen mich mäch") fue una especie de banda sonora en una reciente aventura, cuando hacía una pausa para descansar. Si (fácilmente) la melancolía me invadía, entonces variaba de ritmo, aunque sin salirme del registro, y me metía esta especie de chute: "Arroja la bomba", una canción extrema en su mensaje (pero la historia fue como fue), además de inquietante cuando tales consignas las propaga una vocecita femenina, tan enérgica como cálida (la voz, en sus quiebros). En la Barcelona en armas, llegó a ser casi tan popular como el himno "Hijos del pueblo". Al parecer, según mis fuentes, la canción fue compuesta por un cenetista aragonés en los calabozos de Jefatura de Policía de Barcelona, en 1932, cuando fue sometido a brutales interrogatorios.


5 comentarios:

  1. Por Dios, cómo puede ser que no conociera ni una ni la otra, y mira que me encanta la música de la Guerra, me pone los pelos de punta. Hace tres o cuatro años, por la Mercé en Barcelona, en plena plaza Cataluña recuperaron algunas de estas canciones en un concierto que, problemas mil, entre ellos que la acústica es de pena, fue una hermosa manera de recuperar esos momentos y esas energías.

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  2. Ah, y yo también concibo la música como tu, no como un sonido de fondo, lo mismo que la tele, ni me pondría nunca unos mp3 que te dejan sordo (los del ramo de la sanidad estamos más que preocupados) y que solo sirven para abstraerse pero no en realidad para gozar de la música que debe ser escuchada tranquilamente, no entre el bullicio del metro en hora punta. Vamos, al menos yo lo veo así.

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  3. Menos mal, Sonia. Y cuéntame más de los riesgos/peligros del MP3 (que por lo visto también se lo encasqueta Pascual Maragall), que también lleva Nico durante sus desplazamientos cotidianos.

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  4. Me enaltecen estas canciones, algunas conocidad, otras desconocidas, necesarias todavia.
    Jesús

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  5. Lo celebro, Jesús. Todo tiene su tiempo para ser contado (que escribió Javier marías) o escuchado. Gracias!

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