(Muy recomendable este barcito kitsch, de excelente cocina, y rehuido por los pijos madrileños que asuelan el puerto en agosto... ¡Que dure!).
Como en la zona del bar la cosa era impracticable, pedimos que nos instalasen la pantalla grande en el comedorcito, entonces vacío (el mal tiempo y la crisis no propiciaron el turismo las pasadas vacaciones de Pascua...).
Total, que allí que nos estábamos la mar de bien, cuando entró una pareja de nuestra edad. Ella era una de esas mujeres amojamadas, y llevaba flequillo. Hacía años que no veía a una mujer con flequillo, ni mucho menos recordaba lo que puede hacerse con él (el partido que se le puede sacar): bufar y rebufar, la mandíbula crispada, el gesto agrio... Lo que ya no le toleré fue el discursito:
-Fútbol, fútbol, fútbol...
Pronunciaba con tremendo menosprecio.
Pero héte aquí que, entre otros muchos tomos (de los que iré hablando), esos días yo me había llevado para leer Todo fluye, de Vassili Grossman (en Galaxia Gutenberg). Y le recomendé a Nico su lectura (él conocía, claro, Vida y destino), porque lo referente al legado de Stalin era muy interesante.... del que mi hijo sabe mucho más que yo, que sólo me puedo dedicar a mariposear...
La del flequillo se fue achantando y por fin pudimos disfrutar del partido en paz.
¡Y de la mousse de sidra, ya a los postres!
Total, que llevo un mesecito crudo... Una de mis últimas clases (la del jueves que siguió al partido de la Copa del Rey) fue muy heavy... porque eran las dos de la mañana y por mi calle Aribau seguía y seguía el jolgorio. Entonces decidí tomarme un Dormidín y... a las (8:30 parecía un fastasma.
(I'm sorry)
Hoy la cosa fue... más intensa.
Nico, que acaba de solventar su expediente académico, se disfrazó a las siete de la tarde (camiseta, gorra y... ¡bufanda!, en él, que no soporta el calor) y se largó con sus amigos a.... Adrián cenó antes de...
Adrián estudia Ingeniería Industrial y me machaca. Porque, en fútbol, yo tengo un lenguaje elemental/pasional, heredero de... los años de mi padre. Y no me salgo del pasa, toca, remata, acude, recibe, despeja, dribla, regatea que es lo que durante muchos años se oía en el Carrousel Deportivo, donde de vez en cuando hablaban de una "vaselina", que admito que era una palabra que me dejaba perpleja.
Adrián no aceptaba mi hipótesis: que si el Manchester atacaba con la furia con que lo hacía en los primeros minutos del partido, la cosa acabaría por troncharse, dado que no hay nada más demoledor que los repetidos intentos fallidos ...
-Anda ya!- replicaba.
Porque sí, era elogiable la entereza de los ingleses. No se arredraron nunca. Y el Barça está acostumbrado a que se le desbarriguen (como decía una abuela de Tol de los pasteles que no espelían: Desbarrigóuse o bizcocho) después de ...
Íbamos por el minuto 16 de la primera parte y a mí aquello ya me parecía una eternidad. Así que, en vez de picotear cualquier cosa, como tenía pensado hacer, decidí prepararme una ENSALADA ENSALADA: con lechuga bien troceadita, maiz, cebolla, remolacha, zanahoria rallada, apio, brotes de soja, judías verdes (que habían sobrado del mediodía), olivas rellenas, garbanzos, corazones de alcachofa... ¿Qué más?
En fin, a los 20 minutos de la segunda parte me bajé abajo, a la tienda de los pakis, a pillarme una botella de cava para la celebración. Estaban los tres como jirafas, el cuello alzado hacia la pantalla de un pequeño televisor que cuelga sobre la puerta de entrada del local. Pagué religiosamente, aunque podría haberme ido de allí de rositas.
Me voy al cine, antes de que llegue la caravana triunfal, que pasa por mi calle.
Dedico el TRIPLE triunfo a la memoria de mi padre
Antes, cuando yo tenía ocho años, me ponía la camiseta que me había regalado mi padre del Barça. Y lo veíamos juntos. De pie. Sí, increíble pero cierto. Mi padre se pone nervioso y algunos partidos, como el de ayer, los ve de pie. Y yo... pues me unía a la causa. En mi casa siempre nos hemos repartido los jugadores... mi padre de siempre ha sido Risto Stoikov (¿así se escribe?) y mi madre Txiki Beguiristain (¿así?). Y yo pues he sido la más chaquetera: Ronaldo, Romario, Rivaldo. Todos los morenitos que marcaban goles... yo, yo y yo. Pero después perdí el interés por el futbol. Lo dejaba con sus fritos y sus euforias. Hasta ahora... que he recuperado un poco el gusto por los partidos. Y qué fácil, ahora, ja, que todo va tan bien. Total, que cada gol le mando un mensaje de móvil. Y cuando acaba el partido, me llama. Y nos decimos: pues, oye, que escuchaba la radio y veía la tele y no he podido celebrar bien los goles por la sincronización, ah, pues yo escucho Racc1, ah, qué gol ése, sí, qué ruido por la calle ahora, ¿eh? sí, bueno, buenas noches. Cuando lo que queremos decir es: te acuerdas de cuando...
ResponderEliminarY cuando en la tele dicen que se acuerdan de la gente que ya no está, digo: oye, qué exagerados. Y H. me mira y dice: pues tú bien que llamas a tu padre cuando acaba y te emocionas y todo.
Ja... habría que verme.
Éste, por tu padre.
Un beso y felicitats y visca el Barça.
Hay nostalgia y pena. A mi padre su hijo mayor no le salió futbolero, así que las deliciosas tardes de domingo en que mi madre solía irse al cine con sus amigas o a merendar en las Granjas de la Calle Petritxol, y lo leía y leía... mi padre sólo me tenía a mí de interlocutora. Por supuesto permití que a mis hijos (cuyo padre no es aficcionado al fútbol) los empapase de pasión culé. Los llevaba al campo. A veces Nico lamenta que yo decidiera no conservar su carnet de socio.
ResponderEliminarLa vie!
(Ya rectificaré con mis nietos)
Siempre le da ese tono melancólico que es marca de la casa. Hasta en un texto tan alegre aparentemente la melancolía hace su aparición al final. Mejor así, se impregna todo de un sabor más profundo. Y yo tambien estoy feliz por tanto triunfo, saturadilla pero feliz
ResponderEliminarEva
Para los románticos _Baudelaire entre ellos-, amelancolía era uno de kos componentes de la tristeza. No su escala más ínfima, como los antiguos, sino...
ResponderEliminarGracias, Eva
¡Qué despiste, Eva! Será por lo saturadilla que también iba yo. Rectifico: Para los románticos, la melancolía era uno de ls componentes de La belleza...
ResponderEliminarDiox!
Campeones!
ResponderEliminarPor la mañana estaban de fiesta? Yo todavía sigo y ha pasado una semana!
ResponderEliminarPues yo celebro el silencio y el sosiego. Y espero que el verano disipe tanto efluvio y vuelva la sencillez, cierto ensimismamiento. Nunca me gustaron los concentrados tipo caldo Maggi...
ResponderEliminarSólome inquieta lo que pasa con Etoo. Es una intriga que, como no la he seguido, pues que se me escapa.Y lamentaría que se escapase él.
A.