Cuando tanto entomólogo de la literatura –como les llamó Steiner- nos vende hoy el producto de la aplicación de las sucesivas plantillas suministradas por los estructuralistas, los malabaristas de la gramática o los estadísticos de otras varias disciplinas, resulta oxigenante, sugestivo y grato –además de aleccionador- leer un libro que pertenece a lo que los franceses llaman critique d’ecrivain: es decir, el ensayo literario hecho por los artífices de la literatura –los escritores-, poco atendido o considerado en nuestros pagos pese a contar con la tradición que tenemos . Nunca oculté mi debilidad por esos libros, y cuando leí y reseñé el reciente ensayo de Mario Vargas Llosa sobre Juan Carlos Onetti (El viaje a la ficción, Alfaguara), pensé que en una de estas entradas hablaría de IDEA VILARIÑO, la gran poeta uruguaya a la que Onetti dedicó Los adioses (1954).
No hablaré de la relación entre ellos. Pero sí recordaré que estos días en Alcalá, cuando se especulaba sobre el próximo Premio Cervantes (atendiendo al riguroso turno establecido), alguien (importante) habló de ella.
No podrá ser. Idea Vilariño falleció en Montevideo el 28 de abril de 2009. Y a mí la noticia me pilló sin cumplir con lo que me había propuesto desde hace unos meses, y que me llevó a pedirle a mi querido amigo Ariel Collazo (exiliado en BCN durante la dictadura, finalmente regresó a Uruguay hace ya demasiado tiempo) que me mandase la Poesía Completa de Idea Vilariño, apenas divulgada aquí, salvo por una Antología de Visor. Mi querido Ariel no sólo me mandó ese espléndido volumen (Poesía Completa, Montevideo, Cal y Canto, 2007) sino otro de esos libros “lujosos” que glosan la vida y la obra de un autor: Idea Vilariño: La vida escrita (Montevideo, Cal y Canto, 2008), con cartas, textos de amigos (Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Juan Gelman) y bellísimas fotografías.
Tras leerlo, supe más de ella. Supe que su nombre, extraño y subyugante como el de sus hermanos (Alma, Azul, Poema y Numen); se debía al padre, Leandro Vilariño: poeta secreto y anarquista que ponía a sus hijos nombres afines a su ideal libertario. A ellos, Idea les dedicó el poema “Quiénes son” (1953), de Nocturnos:
Quiénes son quiénes son
metidos en mi vida
imponiendo ternura
espectros como yo
momentáneos y vanos
iguales a las hojas que pudre cada otoño
y no dejan memoria.
Quiénes son quiénes son.
Son éstos y no otros
de antes de después
frutos de muerte son
sin remedio sin falta
irremisiblemente
antes o después
muertos
tan fugazmente cálidos alentando y erguidos
y amando por qué no
sin conjugarse nunca
amando sin pavor
la otra alma el otro cuerpo
la otra efímera vida.
Quiénes son quiénes son.
qué camada de muertos para el suelo que pisan
qué tierra entre la tierra mañana
y hoy en mí
qué fantasmas de tierra obligando mi amor.
Y supe muchas otras cosas que sería largo compartir aquí. Quiero mencionar, eso sí, un hermoso y certero texto de Antonio Muñoz Molina que expresa muy bien cómo nuestra generación se acercó a la obra de una mujer cuyo nombre -no menos que su leyenda- nos acompañaba desde la lectura de Los adioses, de Onetti. Justamente uno de sus últimos poemas se titula así, “Los adioses” (2001):
Morirse
no morirse
y estarse triste repartiendo adioses
moviendo
adiós
apenas
el pobre corazón como un pañuelo.
Por último uno de mis preferidos, “El amor”, del poemario Dónde (1970).
Dónde el sueño cumplido
y dónde el loco amor
que todos
o que algunos
siempre
tras la serena máscara
pedimos de rodillas.
Entre los más altos espíritus
-
*Q*uienes carecen de autoestima a menudo desconfían de sus capacidades o
incluso llegan a creer en algún momento de sus vidas que, debido a su falta
d...
Hace 2 horas
¡Qué descubrimiento! Fascinante la historia del nombre. Fascinantes los poemas. Fascinantes fantasmas de tierra. Fascinante Idea.
ResponderEliminarEs un despropósito que cueste tanto trabajo encontrar sus libros. Gracias.
ResponderEliminarMe gusta especialmente el poema sobre los hermanos. Desconocía totalmente la vida y la obra de esta mujer. No sé el motivo pero lo poco que conocía de ella me hacía presuponer que era de Cuba, igual por identificación con Dulce que ya sé que tiene poco que ver. Bueno, voy aprendiendo. Gracias
ResponderEliminarYa entiendo tu desconcierto. Supongo que cuando vaya más descargada de clases y demás, le dedicaré otra entrada. Se lo merece!
ResponderEliminarTe diré Ana, que por acá,libros de Idea, poco.Seguramente se reeditarán ahora que no está.Alguien muy especial para mí como para tantos otros.Un beso montevideano.
ResponderEliminarA mí me avergüenza lo de aquí, pero lo que me cuentas roza lo delictivo. En cualquier caso, podrá enmendarse el desafuero, de mica en mica, como dice en Cataluña. Ya es maravilloso que conectemos. Gracias, Fiorella!
ResponderEliminar!Qué hermosa era Idea! ¡Qué fuerza desprende su rostro! ¡Qué mirar hipnótico!
ResponderEliminar¿Verdad que sí? Léete Los adioses, para imaginarla. Algún día glosaré esas imágenes, pero ahora voy a transcribir algunos párrafos que le dedicaron los poetas.
ResponderEliminarCuando uno, ya entrada la noche, busca mensajes entre las tinieblas de la pantalla, y encuentra una ofrenda como esos dos poemitas; no le queda más remedio de agachar el rostro y rendirse a ese equipaje que ya para siempre viajará en mi espalda.
ResponderEliminarPaco
Cuando uno, ya entrada la noche, busca mensajes entre las tinieblas de la pantalla, y encuentra una ofrenda como esos dos poemitas; no le queda más remedio de agachar el rostro y rendirse a ese equipaje que ya para siempre viajará en mi espalda. Hoy me ofrendaron poesía.
ResponderEliminarOfrenda galvánica, prometedora. Sí, nos encogemos ante esa inmensa palabra, pero después sabemos que podemos hacela nuestra y seguir en su senda.
ResponderEliminar¡Änimo, Paco!
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ResponderEliminarto a number of crunches or other stomach workout routines
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