domingo, 3 de mayo de 2009

GIJÓN x GUELBENZU

Casi nunca paseo por Gijón, pero recientemente sí lo he hecho.

Y si durante mucho tiempo caminé por Oviedo recordando páginas de Clarín o de Dolores Medio (por no hablar de los ilustres viajeros que nos dejaron sus crónicas), en Gijón, solía recordar los poemas que César Vallejo le dedicó a la ciudad "caída" en España, aparta de mí este cáliz (noviembre de 1937):

Varios días el aire, compañeros,
muchos días el viento cambia de aire,
el terreno, de filo,
de nivel el fusil republicano.
Varios días España está española.

Varios días el mal
moviliza sus órbitas, se abstiene,
paraliza sus ojos escuchándolos.
Varios días orando con sudor desnudo,
los milicianos cuélganse del hombre.
Varios días el mundo, camaradas,
el mundo está español hasta la muerte.

Varios días ha muerto aquí el disparo
y ha muerto el cuerpo en su papel de espíritu
y el alma es ya nuestra alma, compañeros.
Varios días el cielo,
éste, el del día, el de la pata enorme.

Varios días, Gijón;
muchos días, Gijón;
mucho tiempo, Gijón;
mucha tierra, Gijón;
mucho hombre, Gijón;
y mucho dios, Gijón,
muchísimas Españas, ¡ay!, Gijón.

Camaradas,
varios días el viento cambia de aire.

Por fortuna, ahora también puedo recorrer Gijón con otra memoria, porque esta vez, irremediablemente, me dejé llevar por el descubrimiento de la ciudad que hace Mariana de Marco, la estupenda juez-detective del nuevo ciclo narrativo iniciado por J. M. Guelbenzu (autor tan devoto del "cholo" Vallejo como su Mariana lo es de Flaubert). No sólo porque no abunden las obras que tengan por escenario a “la pequeña Barcelona” (como se llamaba a Gijón durante el –allí- corto verano de la anarquía), sino porque en Un asesinato piadoso recorremos el Gijón de hoy.





Lógicamente, no hablaré de la protagonista de todas estas novelas, la juez Mariana de Marco, que ha ido creciendo y agrandándose a ojos del público lector (que también crece y crece), no sólo en el plano profesional, al pasar de un primer destino en San Pedro –una pequeña villa costera cántabra- a Villamayor –una población mediana, situada en el interior de la provincia aunque próxima a la capital- y ahora a Gijón. Ni tampoco hablaré de la intriga, con el deliberado propósito de estimular la sana curiosidad del lector.


Pero sí hablaré de Gijón vista por Guelbenzu: una ciudad de provincias, pero una población activa y moderna, portuaria, con un importante tejido industrial y comercial; nuevo escenario que Mariana recorre y explora, dando así cabida en las páginas de la novela a finísimos pasajes donde se explora el pulso de la ciudad y las transformaciones urbanísticas recientes, aspecto éste –la plasmación de los espacios, el dibujo de atmósferas y ambientes- donde reencontramos al mejor Guelbenzu.
¿La prueba? Sólo un breve párrafo (dado que no me siento Bartleby):


"Prefería correr por la playa, salvo que hubiera pleamar, porque el Paseo Marítimo le gustaba sólo a medias. La ciudad se abría al mar con amplitud y belleza y le encantaba todo el interminable barandal de hierro forjado y los accesos a la playa, con sus escaleras nobles y su aire finisecular; pero del otro lado del paseo y los árboles, los viejos edificios que albergaron las relaciones de la ciudad con el negocio del mar habían sido sustituidos por los muy vulgares edificios levantados en los años del desarrollismo, feos cubos llenos de ventanas, atacados por el viento y el salitreque los deterioraba en vez de ennoblecerlos como ciudad portuaria y que se alzaba como una ofensa al gusto por la tradición. Los sesenta fueron años en los que el dinero zafio confundió lo antiguo con lo viejo y derribó la vieja nobleza tradicional de navieros y consignatarios para convertirla en hormigueros de cemento y ladrillo. Tan sólo algún edificio antiguo sobrevivía para mostrar lo que fue y lo que era el paseo, como un reproche orgullosos y resignado a la vez”
(J. M. Guelbenzu: Un asesinato piadoso. Alfaguara, 2008, p. 67)

Lo dicho: que como no me siento Bartleby, pues no prosigo… Estas breves líneas retratan muy bien la conmoción de quienes, habiendo conocido cierto Gijón amable, se lo reencontaron después… irreconocible. Por fortuna, Guelbenzu en su novela recoge su reciente renacer.


Otra invitación a la lectura, como siempre.

10 comentarios:

  1. Buenísima invitación, soy una apasionada de la novela poliaca y el único que sabe hacerlas en España es Guelbenzu. Bueno, y la escritora esa, no digo nombres, también bastante, pero el que más Guelbenzu

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  2. Me alegro mucho, querida Anónima...
    Pero con esta breve muestra pretendía que... la execelencia del Guelbenzu policíaco no era improvisda sino que provenía de un magnífico escritor con obras extraordinarias, más rotundas y transcendentes pero igualmnete atractivas aunque tal vez menos publicitas.
    Te recomiendo, de ahora en adelante arranques con "El sentimiento", y sigas.
    Para más detalles, cconsulta la web qque recomiendo.
    Y muchas gracias!

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  3. Estoy de acuerdo contigo. Las obras policiacas de Guelbenzu son divertidisimas gracias a un escritor muy destacado, o sea que pesa sobre todo el talento narrativo. Soy de ciencias, o sea que figúrate lo que podré saber yo, pero cuando alguien escribe bien y construye bien sus novelas es algo que se nota más allá de en lo anecdótico o detallista. Miraré la de El sentimiento que dices, de momento solo he leido, a parte de dos policiacas, El río de la luna y La tierra habitada que me sorprendieron muchísimo por lo extrañas y especiales.

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  4. Pues no está nada mal, joseantonio322, que te hayas leído esas obras (más,siendo de ciencias, como confiesas9. Vas muy bien encaminado, Conociendo lo que conoces, disfrutarás de "Elsentimiento". "Un peso en el mundo" y "Esta pared de hielo".
    Puedes consultara la web de Guelbenzu para datos concrteos.
    Gracias de nuevo!

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  5. Ana, ¡gracias por darnos la posibilidad de continuar en contacto con la literatura y rememorar al mismo tiempo tus clases a algunos de tus antiguos alumnos mediante este blog! Permítame que añada, ya que no he tenido la oportunidad de hacerlo antes, que su nombre siempre me obliga a esbozar una sonrisa -últimamente más de lo habitual porque una amiga la tiene por primera vez como profesora-. La razón es que fue una de las profesoras que tuve en mis primeros meses en la Universidad de Barcelona y, por otra parte, porque ha sido la primera -y única- profesora que se molestó en traernos a clase a un escritor -Zarraluki- para que conversara con nosotros sobre su obra. Por ello, porque su nombre está asociado a dos gratos recuerdos, le doy las gracias.

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  6. Por favor, Albert, me apeas el tratamiento.Sigue en la espontaneidad de las primeras líneas (el tuteo), y no pierdas la perspectiva. Este blog lo abrí, precisamente, a petición e instancia de un querido ex alumno que se ofreció a correr con todo aquello que a mí me resultaba invencible... Ilustrar y demás (lo he explicado en anteriores entregas). Y porque de la Universidad añoro el coloquio, el tiemo muerto...
    Dices que llevé a mi clase a Zarraluki... ¡Uf! Y llevé a Azúa, y a Vila-Matas y...
    Sí, sigue sinedo hermoso compartir un pedazo de tiempo.
    Gtacias, aunque me inquietan los alumnos actuales: tres meses y...
    ¿Pero y esos nexos?
    Sonrío (insegura).

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  7. ¡Haha! El giro en las formas de tratamiento se debe a que me he dejado arrastrar por la efusión de los signos de exclamación de las primeras líneas. Luego, inconscientemente, he debido autocensurar y autoregular mi osadía blogística. Pero ya que lo deseas así, me acogeré al "tú", menos desustanciado. De nuevo, ¡muchas gracias y enhorabuena por el blog! Siempre se agradece comprobar que los profesores han trascendido el estadio acomodaticio de la presentación PowerPoint y dan rienda suelta a su erudición en blogs y otros recursos informáticos mucho más atrevidos.

    Psd: comprendo -y hasta cierto punto comparto- esa inquietud por los alumnos actuales. Afortunadamente, yo pude disfrutar de buenas dosis de "tiempo muerto" en Formas narrativas.

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  8. Albert,
    la Universidad es... ¿lamentable? En abstracto, sí, pero nos queda... ¿la palabra? ¿la red?. Dios mío, lo del POwer Point... ¡Jamás! Siempre me recordará a una profesora americana del norte que en 1984, cuando celebrábamos el centenario de la edición de "La Regenta", dio una conferencia con diapositivas que mostraban una reja o una campana (lo he olvidado, aunque no puedo borrar la comoción de ese tipo de enseñanza de la literatura en que la imagen...) Pero afortunadamente quedáis vosotros, malgrè tout...
    Fíjate que me voy a Almería, a dar una conferencia, porque allí dos buenas profesoras al parecer saben de mi existencia y....

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  9. Como todos los gijoneses exiliados -en mi caso, Alicante- nos fanatizamos cuando vemos las cosas desde fuera, reconozco que no me gustó demasiado la descripción que el autor hacía de esa "G...". Con lo bonita que está ahora, ho. Permeneceremos fanáticamente vigilantes en la próxima entrega de la juez de Marco. Aunque de momento agradezco que haya resucitado a "Jose María" Guelbenzu. ¿Has leído ya "El amor verdadero"? Saludos y enhorabuena por tu trabajo, es una safisfacción descubrir tu blog para los que te seguimos en la prensa literaria.

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  10. Francisco... la próxima entrega de la juez está... próxima. Mientras tanto, "El amor verdadero" es una excelente manera de apaciguar la espera.
    Saludos, paisano! Y gracias por tu lectura!

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