viernes, 15 de mayo de 2009

OTRAS ISLAS


Manuel de Lope (Burgos, 1949) es otro de esos escritores a los que he seguido desde que Carlos Barral editó en 1978 la muy proustina Albertina en el país de los Garamantes (véase Heródoto, IV, 194, para todo lo relativo a esta tribu nómada de Libia) y Labios de vermouth (en 1983, irremediablemente ya en el sello Argos Vergara). Así, no será casual que el autor dedique su última novela, Otras islas, a su primer editor, aunque sí es ya más azaroso que quien se la publica en RBA (2009) sea Malcolm Otero Barral, el nieto del poeta y también excelente editor.
Leí Otras islas durante las pasadas vacaciones de Pascua y me volví a estremecer al reencontrar en las primeras páginas un dato real que ahora el novelista traslada a un personaje de ficción, enigmático y atávico, muy sombrío (casi negro) y atractivo. El dato procede de Iberia (dos espléndidos volúmenes de viajes por España aparecidos hace cuatro o cinco años en Debate), de cuando el autor visita la casa natal de Goya en Fuendetodos.




Hablé del asunto en un artículo que trataba del peregrinaje al “lugar del genio” y del interés que este tipo de visitas tienen para ciertos viajeros, tema del que Manuel de Lope ofrece una posible y muy interesante explicación. Para el autor, la casa natal del genio es un espacio que no le parece que se justifique por sí solo, sin más, sino por razón de un orden superior, íntimo y personal, relacionado “con un sentimiento que atribuye a los lugares donde un gran hombre ha nacido cierta categoría intemporal, quizá la misma que uno sentiría al tener y sopesar en la mano su calavera. El lugar donde un gran hombre vio por primera vez la luz del día expresa de manera más intensa, por lo incierto de lo que iba a ser después su vida, el famoso to be or not to be, que en el estado de calavera es cosa ya decidida y realizada”.

¿Será por casualidad que esta reflexión arranque cuando, en Fuendetodos, el viajero averigua de labios de una descendiente de Goya que su abuela, cada primavera, arrodillada junto a un caldero de sangre fresca, frotaba con ella el suelo de la casa donde vivía? Seguramente no es casual, porque a continuación Manuel de Lope escribe:

"… la visita a la casa de Fuendetodos aportaba un elemento profundamente dramático, español y goyesco, y eran aquellos suelos impregnados de sangre. Uno pensaba en la sangre que se derrama en el primer plano de los Fusilamientos. Ciertas cosas pueden tener su importancia en la biografía de un gran hombre y no podía ser la menor haber nacido en un lugar donde los suelos se lavaban con sangre."

Bien, pues este dato reaparece en Otras islas, en esa inquietante María Antonia, a quien se le aparece su abuela o su madre, que “fregaba con sangre las baldosas de la cocina. Se oía una canción en la radio. A su lado había un caldero de sangre. Cuando su madre advertía la presencia de su hija dejaba de fregar…” (p. 21). “Fregaba las baldosas con sangre de cerdo. Tenía los brazos manchados de sangre hasta el codo, como si llevara unos largos guantes rojos” (p. 75)



Y también me gustó mucho encontrar este verso:

Amor, amor, amor, si fueras muerte


que pertenece al poema que Gil de Biedma, Juan Marsé, Ángel González y otros dedicaron a Rosa Camps, “la Marquesa”, protagonista de la excelente novela de Manuel de Lope Bella en las tinieblas (Alfaguara, 1997), un personaje real del que también nos ha hablado Caballero Bonald en sus memorias (La costumbre de vivir).



Y como aquí sólo se trata de incitar a la lectura (la buena, la de verdad), creo que por hoy ya hay bastante. Además, aún recuerdo la inscripción en la Iglesia de San Esteban, en Sos:

De toda palabra ociosa
Darán los hombres cuenta rigurosa.
(1681)

3 comentarios:

  1. No he leido nada de Manuel de Lope, pero el título "Bella en las tinieblas" me parece toda una novela completa por si solo, por muchas 300 y pico páginas que pueda contener.

    Bella en las tinieblas

    Y ya está

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  2. Mariano, ya sabe que hay títulos muy logrados y que después,,, nastic. Bella es una de las mejores novelas de Manuel de Lope. Iberia es otro paseo excelente. Las perlas peregrinas tuvo gran repersusión, por el formato policial. Pero "Otras islas" vuelve a ser redonda.

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  3. Daría mi vida por poder tener un mínimo talento con el que escribir una novela, aunque la titulase con un título funesto y jamás viese una librería. Ya lo intenté en mi primera vida y... justo: nastic de plastic

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